BUDAPEST, Hungría – – Un reciente estudio de la Universidad Eotvos Lorand de Budapest ha puesto en tela de juicio los beneficios comúnmente asociados con la adopción de mascotas, especialmente perros. Contrario a la creencia popular de que tener una mascota mejora el bienestar, esta investigación sugiere que, en ciertos contextos, podría incluso erosionar los niveles de satisfacción y calma de los dueños.
Los científicos analizaron a 2,783 ciudadanos húngaros que adoptaron una mascota durante la pandemia de COVID-19 en 2020. Para evitar sesgos, la muestra fue aleatoria y se centró en personas que no eran los cuidadores principales, buscando así una perspectiva más equilibrada sobre el impacto. «La investigación sobre el impacto de la tenencia de mascotas en el bienestar ha producido resultados mixtos, a menudo influenciados por un enfoque en los entusiastas de las mascotas», señala el artículo.
Efecto fugaz y aumento de ansiedad
Durante años, la compañía de animales domésticos fue vista como una solución popular para la soledad, ofreciendo comodidad y conexión. Sin embargo, este estudio demostró que cualquier efecto provechoso de la adquisición de una mascota fue fugaz, durando solo entre 1 y 4 meses y generando una sensación efímera de bienestar y emociones positivas.
Con el paso del tiempo, el grupo analizado experimentó un notable colapso en sus niveles de satisfacción y calma, particularmente en los casos de adopción canina. «Nuestra investigación sugiere que los perros no brindan una solución real a la soledad; más bien, hacen que los nuevos dueños estén más ansiosos», afirmó Judit Mokos, bióloga evolutiva y científica de datos de la Universidad Eotvos Lorand.
Las conclusiones de esta investigación, con su particular parámetro de muestreo en un entorno de aislamiento y alto estrés como la pandemia, desafían las teorías preexistentes sobre los efectos psicológicos y sociales de la adopción de animales. Esto replantea la forma en que se aborda el análisis de la convivencia entre mascotas y seres humanos.