En la política dominicana, las señales importan tanto como las decisiones. Este 13 de septiembre, el presidente Luis Abinader instruyó a los titulares de la Superintendencia de Salud y Riesgos Laborales (Sisalril) y del Seguro Nacional de Salud (Senasa) para que entregaran a la procuradora Yeni Berenice Reynoso un informe sobre las «graves irregularidades» detectadas en la ARS.
Aunque el presidente aseguró que la investigación del caso se inició en noviembre de 2024, mucho antes de las denuncias periodísticas, el envío público del expediente se ha interpretado como un mensaje político más que como un simple paso legal. Es un gesto que busca contener la narrativa y blindar al gobierno de acusaciones de selectividad en la lucha contra la corrupción.
Graves irregularidades al descubierto
El escándalo de Senasa ha revelado un entramado de prácticas que han provocado pérdidas millonarias y han afectado directamente los servicios a los afiliados. Entre las principales irregularidades figuran:
- Fraude con procedimientos médicos: Se detectaron más de 4,000 procedimientos que fueron facturados y autorizados sin haberse realizado. Un «call center paralelo» operado por exempleados habría desviado más de RD$41 millones en pagos ilícitos.
- Gasto burocrático: La nómina de la institución creció de 1,408 a 1,971 empleados entre 2020 y 2024. Además, se abrieron 19 oficinas en Estados Unidos y Puerto Rico con un costo mensual superior a RD$5 millones, para tareas que antes eran asumidas por los consulados.
- Déficit y mora: El régimen subsidiado presenta un déficit de más de RD$3,372 millones, y la mora en los pagos a los proveedores ha aumentado del 1 % en 2020 al 46 % en 2023, poniendo en riesgo la operación de clínicas, farmacias y laboratorios.
El mensaje político detrás del gesto
El caso Senasa ha puesto a prueba la credibilidad del gobierno de Abinader y su lema de que «no son iguales». Para la oposición, el acto de «entregar» un informe que el Ministerio Público ya tiene es una puesta en escena. Para el gobierno, es una oportunidad de demostrar que su lucha contra la corrupción no es selectiva.

La frase «Puedo tener buenos amigos, pero jamás cómplices. En mi gobierno no permitiré impunidad de ningún tipo», publicada por Abinader en su cuenta de X, es la piedra angular del mensaje político. La alusión a los «buenos amigos» ha sido interpretada como un deslinde directo de Santiago Hazim, el director destituido de Senasa y figura clave en la estructura política del PRM.
Durante estos cinco años he luchado contra la impunidad y la corrupción. En coherencia con ello, envié el informe que revela irregularidades en @ARSSeNaSaRD directamente a la procuradora @YeniBerenice, como una advertencia adicional a los funcionarios de mi gobierno para que no…
— Luis Abinader (@luisabinader) September 14, 2025
Medidas para detener la sangría
A pesar de que el caso se encuentra en la Procuraduría, el nuevo director de Senasa, Edward Guzmán, ha implementado medidas inmediatas para detener las irregularidades. Entre ellas se encuentran la suspensión de contratos con diez centros privados y la anulación de un convenio con la empresa Farmacard, S.R.L., por violar la Ley de Compras y Contrataciones Públicas.
Estas acciones buscan no solo detener la sangría de recursos, sino también garantizar que la atención a los afiliados no se vea afectada durante la transición. El caso Senasa es, en última instancia, una oportunidad para el gobierno de Abinader de demostrar que su compromiso con la transparencia va más allá de los eslóganes.






