COLOMBIA. – Una jornada de terror se vivió este martes en el suroeste de Colombia, donde una serie de ataques coordinados con bombas y hostigamientos han dejado al menos 10 personas fallecidas y decenas de heridos. Las autoridades atribuyen estos actos a las disidencias de las FARC lideradas por alias ‘Iván Mordisco’.
En el caserío de Guachinte, parte del municipio de Jamundí (Valle del Cauca), la explosión de una bomba instalada en una barrera de señalización vial cobró la vida de tres personas de la comunidad. La alcaldesa de Jamundí, Paola Castillo, confirmó la emergencia y la atención a los heridos en el hospital local.
La violencia se extendió en Jamundí, con otro explosivo detonado cerca de la estación de Policía en el sector de Potrerito, dejando cinco personas heridas que fueron trasladadas al Hospital Piloto. Además, se desactivaron tres artefactos explosivos sin causar daños materiales ni heridos en la zona urbana del municipio.
Cali y Cauca, también bajo ataque
Horas antes de los ataques en Jamundí, la ciudad de Cali, capital del Valle del Cauca, sufrió tres explosiones de bombas dirigidas contra puestos policiales en distintos barrios. Estos atentados dejaron un saldo de al menos dos personas muertas y 36 lesionadas, de las cuales 22 requirieron hospitalización.
La ola de violencia también impactó varios municipios del vecino departamento del Cauca, donde grupos armados ilegales perpetraron atentados con bombas y hostigamientos, resultando en cinco muertos, entre ellos dos policías.
Atribución y condena de las autoridades
El ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, atribuyó categóricamente los ataques a las disidencias de las FARC lideradas por Néstor Gregorio Vera, alias ‘Iván Mordisco’, quienes operan en el suroeste del país.
“Criminales de las disidencias de alias ‘Mordisco’ atacan a la población con atentados terroristas indiscriminados en Cauca y Valle del Cauca. Esto es un crimen de lesa humanidad. Su actuar denota que no les interesa la paz, la tranquilidad y bienestar de los campesinos y toda la población”, manifestó el ministro. Sánchez Suárez concluyó que el “único objetivo” de este grupo armado ilegal es “generar terror, desestabilizar el orden institucional y afectar grave y principalmente a la población civil, para poder seguir viviendo del narcotráfico y minería ilegal”.