Por Darwin Feliz Matos
Santo Domingo Este se perfila como uno de los municipios con mayor expansión urbana en la República Dominicana, evidenciando un notable crecimiento en proyectos inmobiliarios y desarrollo vial. En este contexto, la gestión municipal del alcalde Dio Astacio ha impulsado una estrategia de revalorización territorial bajo la marca “Costa del Faro”, buscando posicionar al municipio como un destino turístico y cultural de primer orden.
Esta visión, que combina la promoción del patrimonio histórico (como la Iglesia San Lorenzo de Los Mina y la ermita del Rosario) con la inversión público-privada y el turismo sostenible, busca integrar a Santo Domingo Este en el mapa turístico nacional e internacional. El municipio cuenta con una población dinámica y emprendedora, y un patrimonio colonial invaluable que atestigua un pasado rico y digno de ser preservado.
La contradicción ecológica: El Abandono del Cachón de la Rubia
Sin embargo, este ambicioso proyecto de transformación urbana choca de frente con una realidad lamentable: el abandono del Parque Cachón de la Rubia. Este espacio, considerado el principal afluente natural del municipio y uno de los pulmones ecológicos más importantes de la zona oriental, se encuentra hoy descuidado, inseguro y contaminado.
Lo que en el pasado fue un vibrante espacio recreativo para locales y turistas, se ha convertido en una «tierra de nadie». La falta de mantenimiento, la ausencia de vigilancia y el incremento de la delincuencia lo han transformado en un lugar temido. Los manantiales que antes ofrecían frescura ahora son víctimas del abandono institucional, la biodiversidad está en riesgo y la comunidad ha perdido un espacio vital para la recreación, la educación ambiental y el turismo responsable.
Esta situación revela una gran paradoja: mientras se promociona una marca ciudad que promete sostenibilidad y respeto ambiental, uno de sus recursos naturales más valiosos se deteriora por desidia. No es posible hablar de desarrollo turístico sin proteger lo esencial, ni promover una identidad local ignorando los símbolos ecológicos que la sustentan.
El Cachón de la Rubia: De problema a oportunidad estratégica
El Cachón de la Rubia no solo posee un innegable valor ecológico, sino también un considerable potencial turístico que podría integrarse perfectamente a la estrategia de «Costa del Faro». Su rescate no debería ser una opción, sino una prioridad estratégica. Rehabilitar este parque ofrecería a los ciudadanos un espacio digno para la recreación y la educación ambiental, y a los turistas, una auténtica muestra de la riqueza natural del municipio.
La recuperación de este pulmón natural tendría un impacto directo en la calidad de vida de los munícipes, reforzaría la identidad territorial promovida por “Costa del Faro” y abriría nuevas rutas de turismo ecológico, cultural y comunitario. Permitir que se degrade es renunciar a una parte esencial del alma del municipio.
El artículo sugiere que el Cachón de la Rubia podría ser un punto clave en un corredor ecológico que enlace con atractivos como el Parque Nacional Los Tres Ojos, El Acuario Nacional, el Parque Mirador del Este y el Anfiteatro Luisito Martí, así como monumentos históricos como la Iglesia Ermita del Rosario, El Faro a Colón y la Plaza Juan Pablo Duarte.
Para lograrlo, se considera necesario crear un comité interinstitucional de ecoturismo, liderado por el Ayuntamiento de Santo Domingo Este, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, y el Ministerio de Turismo. Este comité podría recuperar los atractivos naturales, hacerlos más llamativos y crear una ruta ecoturística integral.
Santo Domingo Este se encuentra en una encrucijada histórica. La decisión de convertirse en un modelo de urbanismo inteligente y sostenible, o de repetir los errores de un crecimiento desarticulado, está en sus manos. La voluntad política y el compromiso ciudadano son clave para que la ciudad que emerge no lo haga a expensas de la naturaleza que la vio nacer.