MOSCÚ/PIONYANG. – La histórica ruta ferroviaria directa entre Moscú y Pionyang ha sido reanudada desde 17 de junio de 2025, después de estar suspendida desde febrero de 2020 debido a la pandemia. Este servicio retoma el título de la ruta ferroviaria directa más extensa del planeta, conectando culturas, paisajes e historias a lo largo de su impresionante recorrido.
Frecuencia, duración y recorrido
El trayecto, que abarca más de 10,000 kilómetros, tendrá una duración aproximada de 8 días y operará dos veces al mes. Los trenes partirán de Pionyang los días 3 y 17 de cada mes, mientras que desde Moscú lo harán los días 12 y 26. El viaje principal se realizará sin interrupciones.
La ruta incluirá alrededor de una decena de paradas en ciudades rusas clave como Irkutsk, Krasnoyarsk, Novosibirsk, Yekaterinburg y Vladivostok, ofreciendo una experiencia única a través de vastos paisajes. Para facilitar esta conexión, un vagón de la Korean State Railway se enganchará en el tramo Moscú-Vladivostok y luego será trasbordado en Vladivostok para continuar su viaje hacia Pionyang.
Además, de forma paralela, el 19 de junio de 2025 se reanudó un servicio directo mensual entre Pionyang y Jabárovsk, una ciudad en el Lejano Oriente ruso, ampliando aún más la conectividad entre ambos países.
Importancia geopolítica y simbólica
La reactivación de esta ruta ferroviaria va más allá de un simple servicio de transporte; representa un refuerzo significativo de los lazos políticos, militares y económicos entre Rusia y Corea del Norte. Este movimiento se da en un contexto de creciente cooperación bilateral, evidenciado por el tratado de asociación estratégica que ambos países firmaron en 2024, el cual incluye asistencia mutua.
En el ámbito militar, esta reactivación se percibe como una consolidación de su alianza, especialmente tras reportes de que Corea del Norte habría suministrado municiones y más de 10,000 tropas para apoyar a Rusia en el conflicto de Ucrania. El corredor ferroviario, por lo tanto, no solo conecta territorios, sino que también fortalece la narrativa de unidad euroasiática promovida por Moscú y Pionyang, destacando su creciente alianza.