SANTO DOMINGO, R.D. – En un reciente análisis de opinión, José Francisco Peña Guaba reflexiona sobre la figura de Omar Fernández, hijo del expresidente Leonel Fernández, y su creciente relevancia en el panorama político dominicano. Peña Guaba, quien ha observado la trayectoria de Omar desde sus inicios, destaca su humildad y respeto, cualidades que lo diferenciaron desde joven, incluso siendo hijo de un mandatario.

Peña Guaba rememora sus primeros encuentros con Omar, señalando una inicial falta de interés en la política que, con el tiempo, se transformó en una exitosa incursión. Su apoyo a Omar como candidato a diputado en la Circunscripción No. 1 del Distrito Nacional en 2020 fue entusiasta, destacando la madurez y eficacia con la que desempeñó su rol legislativo en el cuatrienio 2020-2024.

La relación entre Peña Guaba y Omar Fernández, basada en la sinceridad, se remonta a un pronóstico clave antes de las primarias del PLD en 2019. Peña Guaba asegura que predijo la imposición de Gonzalo Castillo sobre Leonel Fernández, una certeza que, según él, fortaleció su vínculo con Omar.

El camino hacia la senaduría y el futuro presidencial

Cuando surgió la posibilidad de que Omar aspirara a la senaduría o alcaldía del Distrito Nacional, Peña Guaba apoyó la iniciativa con dos condiciones: un acuerdo con el PLD y una evaluación de la estrategia del PRM. Constantemente instó a Omar a buscar la senaduría y a construir un «puente de plata» con Domingo Contreras, visualizando esta dupla como la mejor opción de la oposición, cediendo la Alcaldía al PLD.

Peña Guaba también reflexiona sobre la candidatura de Rafael Paz, reconociendo su afecto por él, pero entendiendo que el «radicalismo» del PLD no lo apoyaría. Lamenta que la Fuerza del Pueblo no reservara a tiempo la candidatura de Paz, lo que considera un error estratégico.

El analista político cree firmemente que Omar Fernández tiene una excelente valoración pública que podría catapultarlo a la Presidencia en un futuro cercano. Afirma que, con un equipo prudente, Omar heredará la base de apoyo de su padre y, junto a su propio potencial, se convertirá en un candidato «difícil de vencer».

El 2028: el turno de Leonel y el desafío de la juventud

Sin embargo, Peña Guaba subraya que aquellos que promueven a Omar como abanderado opositor para las elecciones de 2028 se equivocan. Afirma que para esos comicios, Leonel Fernández —su padre— será la cabeza principal de la oposición, con la tarea de unir a la casi totalidad de los partidos en torno a su candidatura. Destaca que Leonel cuenta con el principal partido opositor (Fuerza del Pueblo), el respaldo de otras organizaciones, cercanía con poderes fácticos y excelentes relaciones internacionales, además de la capacidad para financiar la campaña.

Reconoce que la juventud dominicana se entusiasma con la idea de un candidato generacional, percibiendo un «hartazgo» hacia los liderazgos tradicionales. No obstante, ve «muy difícil» que esa transición se concrete para 2028. Por ello, aconseja a Omar Fernández que, para asegurar su futuro político, asuma desde ahora un rol de apoyo militante a su padre y espere «con certeza» su turno.

Peña Guaba señala que Omar sería un caso único en la historia reciente de la República Dominicana, donde el hijo de un presidente electo por las urnas también alcanzaría la Presidencia. Los casos anteriores de hijos de presidentes que llegaron a la presidencia fueron descendientes de caudillos militares del siglo XIX.

El camino desafiante hacia el Palacio Nacional y el rol de la juventud

El haber ganado la senaduría del Distrito Nacional frente a Guillermo Moreno, candidato oficialista, catapultó a Omar al «estrellato político», convirtiéndolo hoy en el político mejor valorado por la población. Sin embargo, Peña Guaba enfatiza lo «muy difícil» que es el camino a la Presidencia en el país, citando los ejemplos de Leonel Fernández y Luis Abinader, quienes necesitaron múltiples intentos y alianzas para alcanzar el poder.

Peña Guaba insta a Omar Fernández y al nuevo liderazgo del país a crear las condiciones para que su generación logre espacios reales de poder, enfatizando la importancia de la paciencia y la persistencia. Concluye haciendo un llamado a Omar y a jóvenes promesas como Juan Ariel Jiménez, Juan Garrigó Mejía, José Horacio Rodríguez, entre otros, a involucrarse activamente en la política y, crucialmente, a acompañar a la Junta Central Electoral en el esfuerzo por reducir la abstención electoral entre los votantes jóvenes (18 a 34 años), que promedió más del 62% en 2024. Solo con una mayor participación joven, argumenta, podría concretarse que un candidato joven alcance la Presidencia en 2032, un escenario en el que «las quinielas favorecerán al fenómeno Omar Fernández».