SANTO DOMINGO.— El gaming ha trascendido de ser un simple pasatiempo para convertirse en un fenómeno cultural y una industria multimillonaria. En 2025, el mercado global de videojuegos se proyecta en US$ 188.9 mil millones, impulsado por el crecimiento de las consolas, las PC y el auge de los eSports.
Este ecosistema competitivo, que atrae a una audiencia cada vez mayor y a patrocinios de marcas globales, es mucho más que un espacio de competencia: es un punto de encuentro para comunidades, con narrativas que inspiran a nuevas generaciones. En este contexto, la tecnología de visualización y sonido se convierte en un factor crucial, ya que cada milisegundo puede definir la victoria. Los monitores avanzados, con altas tasas de refresco y baja latencia, son esenciales para el rendimiento profesional.
Odyssey Cup: más que un torneo
En este escenario, el Odyssey Cup surge como un evento que va más allá de un simple torneo. Se trata de un espacio que une a la comunidad gamer con la innovación tecnológica, sirviendo como una «prueba social» del impacto de la tecnología en la experiencia de juego.
Samsung, líder en el mercado global de monitores gaming, ha posicionado el Odyssey Cup como un punto de encuentro entre jugadores, cultura y tecnología. Su ecosistema de productos, que incluye monitores de élite como el Odyssey Neo G9 —que reemplaza a dos monitores 4K en un formato envolvente— y el Odyssey OLED G6 —diseñado para la velocidad—, valida el rendimiento de sus soluciones en un entorno altamente competitivo.
Con iniciativas como esta, la marca no solo acompaña la evolución de los eSports, sino que también se consolida como un protagonista en un ecosistema donde la innovación, el rendimiento y la cultura se fusionan en un mismo espacio.






