En un curioso episodio ocurrido en Wisconsin, EE.UU., una niña de cuatro años llamó al 911 para reportar a su madre por haberse comido su helado, asegurando que merecía ir a la cárcel.
Los agentes de policía acudieron a la vivienda, pero al verlos llegar, la pequeña se arrepintió y dijo que ya no quería que arrestaran a su madre.
Ver esta publicación en Instagram
Lejos de molestarse, los oficiales aprovecharon la oportunidad para explicarle que el 911 solo debe usarse en emergencias reales. Al día siguiente, regresaron con golosinas congeladas para la menor, en un gesto amable y educativo.