ESTADOS UNIDOS – El expresidente estadounidense Donald Trump ha vuelto a encender las alarmas en el ámbito del comercio global al recomendar este viernes, 23 de mayo de 2025, un aumento del 50 % en los aranceles a los países de la Unión Europea (UE) a partir del 1 de junio de 2025. Trump argumenta que las negociaciones comerciales con el bloque «no están dando frutos» y acusa a la UE de aprovecharse comercialmente de Estados Unidos.
A través de su plataforma Truth Social, Trump expresó su frustración con lo que describe como «poderosas barreras comerciales» de la UE, incluyendo el IVA, «ridículas sanciones corporativas, barreras comerciales no monetarias, manipulaciones monetarias y demandas injustificadas contra empresas estadounidenses». Según el mandatario, estas prácticas han generado un «déficit comercial con EE.UU. totalmente inaceptable». De implementar la medida, Trump indicó que «no se aplicará ningún arancel si el producto se fabrica en Estados Unidos».
Contexto de una política arancelaria persistente
La propuesta se enmarca en la ya conocida política arancelaria de Trump, quien, desde su anterior mandato, ha implementado diversas medidas contra sus socios comerciales, aunque algunas han sido suspendidas temporalmente. Actualmente, están en vigor aranceles del 25 % sobre el acero, el aluminio y sus derivados, y del 25 % sobre automóviles y piezas importadas, además de un arancel base del 10 % para todos los socios comerciales.
Para la UE, ese arancel del 10 % podría ascender al 20 % una vez que expire la actual pausa estadounidense, prevista para el próximo 9 de julio.
Curiosamente, la propuesta de Trump llega pocos días después de que el vicepresidente estadounidense, JD Vance, expresara en Roma su deseo de una «mayor sinergia» entre Washington y el bloque europeo. Además, recientemente EE.UU. y la UE habían acordado intensificar las negociaciones técnicas con la expectativa de lograr un acuerdo comercial más ventajoso.
La Comisión Europea, por su parte, ya había adoptado contramedidas ante los aranceles estadounidenses sobre el acero y el aluminio, aunque las suspendió hasta el 14 de julio para facilitar el diálogo. Actualmente, Bruselas está estudiando nuevas contramedidas, por un valor estimado de 100.000 millones de euros, que afectarían a productos agrícolas e industriales estadounidenses si las conversaciones fracasan. Las consultas sobre estas posibles medidas están abiertas hasta el 10 de junio.