SAN SALVADOR, EL SALVADOR – El presidente salvadoreño, Nayib Bukele, rechazó de manera contundente las críticas internacionales a la aprobación de la reelección presidencial indefinida en El Salvador. El mandatario aseguró que los señalamientos son un «doble rasero», argumentando que la polémica se debe a que la reforma fue adoptada por un país «pequeño y pobre».
A través de la red social X, Bukele ironizó: «el 90% de los países desarrollados permiten la reelección indefinida de su jefe de gobierno, y nadie se inmuta. Pero cuando un país pequeño y pobre como El Salvador intenta hacer lo mismo, de repente es el fin de la democracia».
La reforma constitucional, aprobada en un proceso exprés por el Congreso, extiende el mandato presidencial de cinco a seis años y elimina la segunda vuelta electoral. La medida ha sido calificada por organizaciones como Amnistía Internacional y Human Rights Watch (HRW) como un «golpe mortal» a la democracia y una «manipulación» para favorecer las ambiciones de poder de Bukele.
El presidente, que goza de una gran popularidad por su «guerra» contra las pandillas, defendió su postura afirmando que el problema no es el sistema, sino «el hecho de que un país pobre se atreva a actuar como un país soberano».
A pesar de las críticas por su política de seguridad, que incluye un régimen de excepción con masivos arrestos sin orden judicial, Bukele fue reelegido en 2024 con el 85% de los votos.
Considerando la alta popularidad de Bukele y las preocupaciones de los organismos internacionales sobre el estado de la democracia en El Salvador, ¿qué crees que puede equilibrar la percepción de la ciudadanía con las críticas externas?