La reciente confirmación de casos de miasis por gusano barrenador en humanos en el estado de Chiapas, México, ha puesto en alerta a las autoridades de salud. Esta enfermedad parasitaria, que se está propagando de manera crítica en animales, representa un riesgo significativo para la salud pública. Pero, ¿qué es exactamente el gusano barrenador y cómo afecta a los seres vivos?

¿Qué es la Miasis por gusano barrenador?

La miasis por gusano barrenador es una infestación causada por las larvas (gusanos) de la mosca Cochliomyia hominivorax, también conocida como la mosca del gusano barrenador del Nuevo Mundo. A diferencia de otras larvas, estas se distinguen por alimentarse exclusivamente del tejido vivo de mamíferos, incluyendo a los humanos, y en raras ocasiones, de aves.

El ciclo de vida de esta mosca es crucial para entender la enfermedad. La hembra adulta deposita sus huevos en el borde de una herida o lesión preexistente en un animal o persona. En cuestión de horas, las larvas eclosionan y penetran profundamente en los tejidos, donde se alimentan y crecen. Permanecen en la herida durante aproximadamente 5 a 7 días, causando un daño considerable. Una vez maduras, las larvas abandonan la herida, caen al suelo y se entierran para pupar, transformándose en moscas adultas para reiniciar el ciclo.

Síntomas y riesgos de infección

Cuando las larvas infestan los tejidos, provocan lesiones graves, que pueden incluir destrucción de tejido, pérdida de la función de órganos e, incluso, la muerte en casos severos si no se trata adecuadamente. Las heridas infestadas suelen ser grandes, con secreción (a menudo serosanguinolenta), y pueden tener un olor característico y desagradable que atrae a más moscas.

En humanos, los principales síntomas asociados a la miasis por gusano barrenador son:

• Fiebre
• Depresión
• Pérdida del apetito
• Dolor intenso en la zona afectada.
• Sensación de movimiento bajo la piel.
• Una protuberancia roja que se agranda con una pequeña abertura central, de la que puede salir líquido.

La infección en humanos generalmente ocurre a través de heridas abiertas (por raspaduras, cortes, picaduras de insectos o cirugías recientes) donde la mosca deposita sus huevos. Las poblaciones en mayor riesgo son aquellas que viven en áreas rurales, trabajan con ganado, o personas con heridas abiertas y sistemas inmunes comprometidos.

Prevención y Control

La prevención es clave para evitar la propagación de esta enfermedad. Las medidas incluyen:

• Revisión constante de heridas: Curar y cubrir cualquier lesión en animales y humanos de manera inmediata.
• Higiene: Mantener la limpieza en viviendas y alrededores, gestionando adecuadamente los desechos sólidos.
• Uso de mosquiteros: Especialmente en personas con movilidad reducida o heridas abiertas.
• Reporte inmediato: Ante cualquier indicio de la enfermedad en animales o humanos, es crucial notificar a las autoridades de salud animal y pública para una detección y control tempranos.

Las estrategias de control a gran escala, como la liberación de moscas estériles, han demostrado ser efectivas en el pasado para crear una «barrera» y reducir la incidencia de la plaga en regiones afectadas. Es fundamental que la población colabore con las autoridades para frenar la expansión de este parásito.