La presencia del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el funeral del papa Francisco este sábado en la Plaza de San Pedro no ha pasado desapercibida. A poco más de una hora de iniciada la ceremonia, su llegada y posterior comportamiento ya son motivo de comentario en medios internacionales y entre los asistentes.
Trump arribó esta mañana al Vaticano acompañado de su esposa, Melania Trump, para rendir homenaje al pontífice argentino, cuyo féretro reposaba ante el altar mayor de la Basílica de San Pedro. Luego de rendir tributo, el exmandatario protagonizó breves saludos con los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y un breve encuentro con el presidente ucraniano Volodímir Zelenski, en medio de un ambiente de solemnidad y recogimiento.
Ruptura de protocolo en un evento solemne
Sin embargo, fue su elección de vestimenta la que captó buena parte de la atención y generó polémica. De acuerdo a las directrices del Vaticano para el funeral, los hombres debían asistir vistiendo frack o uniforme militar negro, corbata negra y portar una insignia de luto en la solapa izquierda.
Trump, en cambio, optó por un traje azul marino, acompañado de una corbata azul claro y su habitual insignia de la bandera estadounidense, omitiendo el distintivo de luto obligatorio para esta ocasión.
Por contraste, Melania Trump sí cumplió de manera rigurosa el protocolo, luciendo un vestido negro de manga larga y una mantilla del mismo color cubriendo su cabeza, como exige el ceremonial vaticano para las mujeres en este tipo de ceremonias.
Reacciones encontradas
La ruptura del protocolo por parte de Trump ha generado diversas reacciones tanto entre los asistentes al funeral como en los medios de comunicación, que destacaron la falta de ajuste a las normas ceremoniales en un evento de máxima solemnidad y simbolismo religioso.
Mientras algunos lo ven como una muestra de irreverencia, otros interpretan su vestimenta como un acto de individualismo característico del expresidente estadounidense.