El Gobierno de Donald Trump ha destinado más de $21 millones de dólares en vuelos militares para enviar a un reducido grupo de migrantes a la base naval de Guantánamo, según cifras del Pentágono divulgadas este martes.

La operación, que incluyó 46 traslados entre enero y abril, es parte de su política migratoria desde que regresó a la Casa Blanca.

Entre el 20 de enero y el 8 de abril, las aeronaves del Pentágono acumularon 802,5 horas de vuelo hacia la base en Cuba, con un costo promedio de $26,277 dólares por hora.

En total, el gasto ascendió a $21 millones de dólares para transportar a menos de 500 personas, de las cuales solo 32 permanecen actualmente en el lugar, según datos compartidos por la cadena NBC News.

Los vuelos fueron ordenados por Trump en el marco de su decreto para habilitar un nuevo centro de detención en Guantánamo, con capacidad para albergar hasta 30,000 migrantes.

No obstante, el número de detenidos nunca se acercó a esa cifra: el pico máximo registrado fue de unas 200 personas al mismo tiempo.

Buena parte de los migrantes trasladados son venezolanos, a quienes la administración vinculó con el Tren de Aragua, una organización criminal que Washington califica como amenaza a la seguridad pública.

Sin embargo, el régimen de Nicolás Maduro aceptó en febrero la repatriación de casi 200 de estos migrantes y aseguró que ninguno de ellos tenía lazos con bandas delictivas.

La administración Trump, en cambio, insiste en el supuesto pasado criminal de los presos en Guantánamo. El secretario de Estado Marco Rubio declaró en marzo que los detenidos en la base naval eran “peores” que los de Al Qaeda.

Críticas demócratas

La senadora demócrata Elizabeth Warren, quien obtuvo los datos del Pentágono, criticó el elevado gasto militar y acusó al presidente de utilizar recursos públicos con fines propagandísticos.

“Todo estadounidense debería estar indignado por el despilfarro de recursos militares que hace Donald Trump para financiar espectáculos políticos”, afirmó en un comunicado.

La revelación coincide con los cuestionamientos que han surgido por parte de organismos defensores de derechos humanos y miembros del Congreso sobre las condiciones de detención en Guantánamo y la legalidad de estas deportaciones masivas.

Esta no es la primera vez que algún demócrata critica el “despilfarro” de la administración Trump en Guantánamo.

En abril, un grupo liderado por Jack Reed, senador de Rhode Island, y Alex Padilla, de California, visitaron la bahía y declararon que es “evidente” que Guantánamo es un lugar “probablemente ilegal e ilógico para detener inmigrantes”.

“Todo eso es extraordinariamente caro e innecesario. En su lugar, la Administración debería intentar mejorar las instalaciones del ICE (Servicio de Control de Inmigración y Aduanas) en Estados Unidos“, incidió Reed al New York Times.