La Tierra se encuentra bajo el impacto de una tormenta geomagnética severa desencadenada por una poderosa eyección de masa coronal proveniente del Sol. Este fenómeno ha desencadenado las alarmas del Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), que ha estado monitoreando de cerca la situación desde el pasado sábado.
La eyección de masa coronal (CME), descrita por la NOAA como una intensa expulsión de plasma y material magnético solar, ha alcanzado nuestro planeta en un tiempo récord de tan solo 15 a 18 horas. «Es esencialmente el Sol lanzando un imán al espacio», explicó Bill Murtagh, coordinador de programas del SWPC.
Los efectos de esta tormenta son diversos, desde la posibilidad de avistamiento de auroras boreales en latitudes poco comunes hasta potenciales perturbaciones en las redes de comunicaciones y sistemas de navegación.
La científica Delores Knipp, de la Universidad de Colorado Boulder, advierte sobre la importancia de emitir alertas ante actividad solar mayor para prevenir posibles interrupciones en sistemas críticos.
Esta tormenta geomagnética, catalogada como G4 en la escala de la NOAA, representa una de las mayores perturbaciones en el campo magnético terrestre. Aunque inicialmente se esperaba que alcanzara niveles moderados (G2) o fuertes (G3), su intensidad ha superado las expectativas, generando un debate científico sin precedentes.
El interés público se centra en la posibilidad de observar auroras boreales en regiones inusuales como Alabama y California del Norte, aunque las horas diurnas podrían limitar las oportunidades de avistamiento. Sin embargo, con la continuidad de la tormenta hasta la noche, las posibilidades de observación podrían mejorar.
Este evento se produce durante el pico del Ciclo Solar 25, un período de mayor actividad solar que podría traer consigo eventos espaciales más impactantes en el futuro.
En resumen, las tormentas geomagnéticas, como la actual, son importantes perturbaciones que afectan la magnetosfera terrestre, generando cambios significativos en diversos sistemas y procesos atmosféricos. La comprensión de estos fenómenos es crucial para prevenir y mitigar posibles impactos en la tecnología y la vida cotidiana.