Tras la muerte del papa Francisco, la atención se centra en los posibles sucesores del trono de Pedro. Entre los nombres que más resuenan figura el del cardenal estadounidense Raymond Leo Burke, conocido por su postura ultraconservadora y sus reiterados enfrentamientos con el fallecido pontífice argentino, con quien discrepó en temas clave como la liturgia, la moral sexual y el papel de la Iglesia ante los cambios sociales.
Burke, de 75 años, es considerado un símbolo del ala más tradicionalista dentro del Colegio Cardenalicio. Nacido en Wisconsin, EE. UU., en el seno de una familia de seis hermanos, fue ordenado sacerdote en Roma en 1975 por el papa Pablo VI. Desde entonces ha sido un férreo opositor a las reformas surgidas del Concilio Vaticano II, y un defensor acérrimo de la misa tridentina, celebrada en latín y con el sacerdote de espaldas a los fieles.
Distancia con el legado de Francisco
Burke tuvo una relación tensa y distante con Francisco. En 2013, el papa argentino lo retiró de la Congregación para los Obispos, y un año más tarde fue removido de su puesto como prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica, el equivalente al Tribunal Supremo del Vaticano. En su lugar, fue designado como Patrón de la Orden de Malta, un rol más bien simbólico que ocupó hasta 2023.
El cardenal estadounidense no ocultó su inconformidad con estas decisiones. En entrevistas concedidas en su momento a medios católicos como EWTN y portales como BuzzFeed, expresó críticas veladas a la gestión pastoral del papa Francisco, particularmente por su apertura hacia las personas divorciadas, la comunidad LGTBI y la acogida a los migrantes.
Aliado del nacionalismo conservador
Raymond Burke también ha generado controversia por su cercanía con la política conservadora en Estados Unidos, especialmente con el expresidente Donald Trump, a quien apoyó abiertamente en la campaña de 2016, destacando su defensa del “valor de la vida desde la concepción”. Esta postura contrasta con la de Francisco, quien fue crítico del discurso de exclusión de Trump, en particular por su intención de levantar un muro entre México y EE. UU.
Además, Burke ha sostenido que no se debe administrar la eucaristía a políticos católicos que apoyan el aborto, como el expresidente Joe Biden, postura que ha polarizado a la opinión pública dentro y fuera de la Iglesia.
¿Un papado conservador en el horizonte?
Con el próximo cónclave en el horizonte, la figura de Burke divide aguas dentro de la Iglesia. Para algunos sectores, representa el retorno a una Iglesia firme, jerárquica y doctrinalmente rígida. Para otros, encarna un retroceso frente a los avances de sinodalidad, inclusión y diálogo promovidos por el papa Francisco.
En medio del duelo por la muerte del pontífice argentino, el nombre de Raymond Burke se suma a la lista de los “papables”, aunque su perfil conservador y polémico podría generar resistencias dentro del mismo Colegio de Cardenales.