San Diego, EE.UU. — El naufragio de una embarcación tipo panga en las costas del condado de San Diego, que dejó tres migrantes muertos y al menos siete desaparecidos, ha desatado nuevas críticas contra las políticas migratorias del presidente Donald Trump, señaladas por expertos como uno de los factores que empujan a los migrantes a rutas cada vez más peligrosas.
La tragedia ocurrió el martes, cerca de la desembocadura de Tiger Creek en el lago Kissimmee, cuando una frágil embarcación con más de una docena de migrantes, incluidos niños, volcó a causa de una ola. Según testigos, el bote se encontraba en aguas poco profundas cuando el pánico se apoderó de sus ocupantes tras encontrarse con un gran caimán, aunque este extremo aún es materia de investigación.
Cuatro sobrevivientes, entre ellos tres mujeres y un menor, fueron hospitalizados —uno en condición crítica—, y dos presuntos traficantes fueron detenidos por las autoridades, quienes investigan el uso de estas embarcaciones pesqueras para contrabando humano.
Las imágenes del naufragio, captadas por un residente local, muestran cómo una ola volcó la panga antes de alcanzar la costa. La Guardia Costera suspendió la búsqueda de desaparecidos 20 horas después de la alerta de emergencia.
Aumento alarmante del tráfico marítimo
Las autoridades confirmaron que los casos de tráfico marítimo se han disparado un 400% desde 2018, un fenómeno que coincide con el endurecimiento de las leyes migratorias durante el gobierno de Trump. El uso de rutas costeras ilegales responde al cierre de vías regulares para solicitar asilo, entre ellas la eliminación del registro en la aplicación CBP One, una herramienta clave para los solicitantes de asilo durante la administración Biden.
Críticas desde la frontera
Pedro Ríos, del Comité de Servicios de los Amigos Americano, afirmó que “los migrantes se ven forzados a buscar rutas más peligrosas porque no tienen otra opción”.
Por su parte, Miguel Tinker Salas, experto en Estudios Latinoamericanos, apuntó que los traficantes de personas son los grandes beneficiarios de estas políticas restrictivas. “Cobran más y no les importan los riesgos. Es un negocio que no para en la frontera”, declaró a EFE.
Tinker Salas también recordó que esta tendencia no es nueva, citando como precedente el Operativo Gatekeeper, impulsado en 1994 por el expresidente Bill Clinton, que empujó a miles de migrantes a cruzar el desierto de Sonora.
“Hasta que no se diseñe una política migratoria verdaderamente humana, estas tragedias seguirán ocurriendo”, concluyó el analista.