Perforar las orejas de un bebé recién nacido es una práctica común en diversas culturas, pero los pediatras advierten sobre los posibles riesgos asociados a este procedimiento. Aunque la decisión depende de los padres, es importante conocer los factores médicos y de seguridad antes de optar por la perforación temprana.
En muchas culturas, como la latinoamericana y la hindú, perforar las orejas de las niñas es una costumbre arraigada que simboliza identidad y feminidad. Sin embargo, las tradiciones no siempre deben ser el único criterio para tomar decisiones que afectan la salud de un bebé.
¿A qué edad es recomendable?
El cartílago de un recién nacido es muy frágil, lo que lo hace más propenso a complicaciones. La Academia Americana de Pediatría recomienda esperar hasta que la niña sea capaz de cuidar sus perforaciones, alrededor de los dos años de edad. De esta forma, se reducen los riesgos de infecciones y se respeta la posibilidad de que la menor decida sobre su propio cuerpo en el futuro.
Los principales riesgos de realizar este procedimiento en recién nacidos incluyen:
- Infecciones: Debido a la inmadurez del sistema inmunológico.
- Reacciones alérgicas: La piel del bebé puede ser sensible a ciertos metales.
- Desgarros en el lóbulo: Un tirón accidental puede romper el tejido.
- Queloides: Algunas personas pueden desarrollar cicatrices gruesas y elevadas.
Precauciones y cuidados posteriores
Si los padres deciden perforar las orejas de su bebé, es fundamental seguir estos cuidados:
- Esperar al menos tres meses para fortalecer el sistema inmunológico.
- Usar aretes de materiales hipoalergénicos, como oro de 14 quilates o acero quirúrgico.
- Asegurar que el procedimiento sea realizado en un entorno estéril y por un profesional.
- Limpiar la zona perforada con soluciones antisépticas para prevenir infecciones.
Alternativas seguras
Para quienes desean evitar la perforación temprana, existen alternativas como aretes adhesivos o magnéticos, los cuales permiten a las niñas experimentar con accesorios sin riesgos para su salud.
Consulta con un pediatra
Antes de tomar una decisión, es recomendable hablar con un pediatra, quien podrá ofrecer información basada en la salud y el bienestar del bebé. En caso de optar por la perforación, seguir las recomendaciones médicas puede ayudar a minimizar los riesgos.
La elección de perforar o no las orejas de un bebé es una decisión personal, pero siempre debe tomarse con conocimiento de los riesgos y cuidados necesarios.