En una decisión coordinada con el Ministerio de Interior y Policía, la Armada de República Dominicana ordenó este 12 de abril a todos los comandantes portuarios del país prohibir la realización de fiestas en playas durante la Semana Santa 2025.
La medida responde a una disposición nacional anunciada el pasado 27 de marzo y se toma en el contexto del dolor colectivo por la reciente tragedia en la discoteca Jet Set, donde fallecieron 225 personas.
La orden incluye tanto eventos públicos como privados, y prohíbe la instalación de tarimas, carpas, discotecas móviles y cualquier estructura destinada a celebraciones festivas en áreas bajo jurisdicción portuaria. La instrucción fue emitida por el capitán de navío Feliciano Pérez Carvajal, comandante del Comando Naval de Capitanías de Puertos y Autoridad Marítima.
Coordinación interinstitucional
La disposición se hará cumplir en los principales puertos del país —Caucedo, Santo Domingo, Haina, Puerto Plata, Samaná, San Pedro de Macorís, La Romana, Boca Chica, Barahona, Manzanillo, Cabo Rojo, Azua, entre otros—, en estrecha coordinación con la Policía de Turismo (Politur), el Servicio Nacional de Protección Ambiental (Senpa) y la Policía Nacional.
Esta acción forma parte del operativo nacional preventivo impulsado por la Fuerza de Tarea Conjunta para garantizar la seguridad ciudadana durante el asueto de Semana Santa, el cual también contempla el refuerzo del patrullaje y la vigilancia en balnearios, ríos, zonas residenciales y centros comerciales.
Luto tras la tragedia en Jet Set
La decisión de las autoridades llega días después de que el doctor Víctor Atallah confirmara que la cifra de fallecidos por el colapso de la discoteca Jet Set asciende a 225 personas, incluyendo 221 víctimas recuperadas en la zona cero y cuatro que murieron en hospitales. El proceso de identificación y entrega de los cuerpos ha concluido, cerrando un capítulo doloroso para cientos de familias afectadas.
El siniestro, que estremeció al país y generó muestras de solidaridad nacional e internacional, ha puesto en el centro del debate la necesidad de fortalecer los controles de seguridad en eventos masivos y zonas de alta concurrencia, especialmente durante fechas festivas.