SANTO DOMINGO, R.D. – El presidente Luis Abinader declaró este viernes Héroe Nacional al fallecido luchador antitrujillista Juan Rodríguez García, conocido como Juancito Rodríguez. La designación coincide con el 64 aniversario del ajusticiamiento del dictador Rafael L. Trujillo Molina.

Una vida de lucha y sacrificio por la libertad dominicana

Mediante un decreto, el mandatario destacó la «ejemplar vida de lucha contra la tiranía trujillista, su entrega total a la causa de la libertad y su sacrificio personal y familiar en favor de la democracia dominicana» por parte de Rodríguez García.

Nacido en Estancia Nueva, Moca, en 1886, bajo el nombre de Simón Rodríguez García, Juancito Rodríguez es un símbolo de honor y resistencia. Según un comunicado de la Presidencia, con este decreto, «el Estado dominicano salda una deuda moral con un hombre que no solo combatió la opresión, sino que encarnó los más altos valores de la dominicanidad: trabajo, sacrificio, honor y libertad».

Huérfano de padre desde temprana edad, Rodríguez García se trasladó a Barranca, La Vega, donde, con «trabajo incansable y una vocación agrícola excepcional, amasó una fortuna en tiempos de gran dificultad», cultivando cacao, plátanos y criando ganado. Su hacienda llegó a ser considerada una de las más prósperas de la región caribeña.

Sin embargo, su vida dio un giro radical al decidir enfrentar la dictadura de Trujillo. A pesar de haber ocupado cargos como senador y diputado, su verdadera vocación política se encendió al presenciar cómo el régimen arrasaba con su hacienda, perseguía a su familia y asesinaba a sus colaboradores.

Decidido a luchar por la libertad, vendió su ganado y se exilió en Cuba en 1946. Desde allí, entregó todos sus recursos a la causa antitrujillista. Financió expediciones clave como la de Cayo Confite en 1947 y la de Luperón en 1949, y apoyó decididamente la trágica expedición del 14 de junio de 1959, en la que lamentablemente perdió a su primogénito, José Horacio Rodríguez.

Juancito Rodríguez falleció en el exilio, en La Habana, el 19 de noviembre de 1960, apenas seis meses antes de la muerte de Trujillo. Sus restos descansan en el cementerio municipal de Moca, junto a los de su hija Pucha Rodríguez, quien también fue una valiente combatiente de la resistencia.