La reciente filtración de información confidencial a un periodista, quien fue añadido accidentalmente a un chat grupal de seguridad nacional en Signal, ha generado preocupación sobre el manejo de datos sensibles en el gobierno de EE. UU.
El editor en jefe de The Atlantic, Jeffrey Goldberg, reveló que fue incluido en una conversación en Signal donde funcionarios discutían ataques aéreos contra los rebeldes hutíes en Yemen, ordenados por el expresidente Donald Trump. El Consejo de Seguridad Nacional ha confirmado la autenticidad de la filtración y está investigando el incidente.
¿Es realmente segura Signal?
Signal es una aplicación de mensajería cifrada utilizada ampliamente por gobiernos y funcionarios debido a su protocolo de seguridad de código abierto. Ofrece cifrado de extremo a extremo, mensajes autodestructibles y permite chats grupales de hasta 1,000 personas. A diferencia de Telegram, su cifrado está activado por defecto.
Sin embargo, aunque se considera una de las plataformas más seguras, puede ser vulnerada. En la administración Biden, los funcionarios han sido instruidos para usar Signal con moderación, limitando su uso a notificaciones sobre documentos clasificados enviados por otros medios.
Uso en gobiernos y desafíos legales
Signal y otras aplicaciones cifradas son utilizadas por funcionarios a nivel estatal y federal en EE. UU., pero también pueden dificultar el acceso a información pública, ya que sin un software de archivo especial, los mensajes no se registran en solicitudes de transparencia.
En este caso, se reportó que algunos mensajes del chat desaparecían automáticamente en una semana, mientras que otros en cuatro días, lo que podría complicar la investigación de la filtración.
El origen de Signal y su modelo de financiamiento
Signal fue creada por el empresario Moxie Marlinspike, quien combinó dos aplicaciones de código abierto para mensajes de texto y llamadas cifradas. En 2018, la Fundación Signal, financiada por donaciones y sin publicidad, asumió el desarrollo y mantenimiento de la aplicación.
Brian Acton, cofundador de WhatsApp, donó 50 millones de dólares para apoyar la fundación, asegurando su independencia de inversores y anunciantes.
Conclusión: Un reto para la seguridad digital
El incidente refuerza la necesidad de mejorar los protocolos de seguridad en la comunicación gubernamental. Aunque Signal ofrece privacidad y cifrado avanzado, este caso evidencia que el error humano sigue siendo un eslabón débil en la protección de información clasificada.