Un grupo de investigadores ha encontrado la fórmula matemática para cocinar el huevo perfecto, logrando una yema aterciopelada y una clara suave pero firme.
¿El secreto? Alternar temperaturas
Los científicos descubrieron que la clave está en cambiar los huevos de temperatura cada dos minutos, alternando entre un recipiente con agua hirviendo y otro a 30°C (86°F) durante 32 minutos. Luego, los huevos deben enfriarse bajo agua corriente antes de ser pelados.
Un método respaldado por la ciencia
El estudio, publicado en la revista Communications Engineering, demuestra que este método, llamado cocción periódica, permite que las claras se solidifiquen de manera uniforme mientras las yemas alcanzan una textura cremosa y untable.
¿Vale la pena el esfuerzo?
Aunque este proceso es más lento que el método tradicional, los expertos aseguran que la textura y el sabor mejorados pueden justificar el tiempo extra en la cocina.