Este municipio turístico, ubicado a 30 kilómetros al este del Distrito Nacional, es conocido por sus playas de arena blanca y aguas tranquilas. Sin embargo, detrás de su apariencia idílica, Boca Chica esconde un grave problema de explotación sexual infantil, prostitución, trata de personas y consumo de drogas, que ha sido ignorado durante décadas.
Explotación sexual infantil: Un “Secreto a voces”
La explotación sexual de menores en Boca Chica es un fenómeno que ha crecido de manera alarmante. Niños y niñas, algunos de apenas 13 años, son ofrecidos a turistas y nacionales en un mercado sexual que opera tanto en las calles como a través de plataformas digitales.
Según testimonios recogidos en el lugar, muchos menores son contactados por proxenetas y turistas, quienes en ocasiones negocian directamente con familiares que, por unas cuantas monedas, permiten que sus hijos sean explotados.
A pesar de que algunos residentes afirman que la intensidad del problema ha disminuido, la realidad es que la explotación sexual, la pornografía infantil y la trata de personas continúan siendo una plaga que afecta a la comunidad. Las autoridades, aunque conscientes del problema, parecen incapaces de detenerlo. Un agente de la Policía Turística (Politur) admitió que, aunque arrestan a los menores involucrados, estos regresan a las calles en cuestión de días.
La calle duarte: epicentro del vicio
La calle Duarte, la principal arteria de Boca Chica, se transforma por las noches en un escenario de prostitución y consumo de drogas. A partir de las 7 de la noche, la zona se cierra al tráfico y se convierte en un espacio donde menores y adultos ofrecen “servicios” a turistas y locales. El consumo de drogas es habitual, y la presencia de menores en este entorno es cada vez más común.
Testimonios de menores explotados revelan historias desgarradoras. Una niña de 13 años relató cómo fue contactada por un turista italiano que le ofreció dinero para encontrar a una “chica virgen”. Aunque cumplió con la encomienda, solo recibió una fracción del dinero prometido. Este caso, lejos de ser aislado, es solo uno de muchos que ocurren a la vista de todos, incluyendo las autoridades.
Turismo y explotación: Una relación peligrosa
El turismo, principal motor económico de Boca Chica, ha sido señalado como un factor que propicia la explotación sexual. Según un estudio realizado por la antropóloga Tahira Vargas, titulado “Luchar contra la marea”, el turismo fomenta la trata de personas y contribuye a la invisibilización del problema para evitar escándalos que afecten la industria.
A pesar de los esfuerzos de organizaciones no gubernamentales como Caminantes, que trabaja en la prevención de la explotación sexual de menores, el problema persiste. Denisse Pichardo, directora de la ONG, asegura que las nuevas modalidades de explotación incluyen el uso de redes sociales y páginas web para captar víctimas, así como el microtráfico de drogas en el que también están involucrados menores.
Autoridades indiferentes
Las autoridades locales, incluyendo el alcalde Ramón Candelaria, han minimizado el problema, llegando a calificarlo como un “mito”. Sin embargo, organizaciones como Caminantes y testimonios de los propios afectados contradicen esta versión. La falta de acción por parte de las instituciones encargadas de proteger a los menores ha permitido que el problema se agrave.