Santo Domingo.-Caos, empujones y frustración. Así transcurren las mañanas para cientos de personas que utilizan habitualmente el Metro de Santo Domingo, especialmente en la estación Mamá Tingó, donde de forma reincidente se averían equipos o ocurren fallas técnicas, dando paso al colapso del acceso principal en plena hora pico.

Los usuarios denuncian que este tipo de situaciones los obliga a permanecer entre una y dos horas intentando ingresar y abordar el tren. La aglomeración, la desesperación y la falta de personal que oriente o agilice el proceso agravan aún más el problema.

“Es un caos total, esto es insostenible”, expresó una usuaria visiblemente molesta.

“Llegamos tarde al trabajo y ni siquiera lo entienden. Te reclaman allá como si uno lo hiciera por gusto”, comentó un joven trabajador.

“Siempre es lo mismo. Siempre. Las autoridades tienen que dar la cara y poner más empeño en esto. No se puede vivir así”, denunció otro usuario.

A esta situación se suma que, en varios de estos episodios de congestión, las escaleras eléctricas y los ascensores también han estado fuera de servicio, dificultando el acceso para personas con condiciones de movilidad reducida, que se ven obligadas a subir por las escaleras tradicionales en medio del desorden.

Los testimonios recogidos coinciden en una misma idea: falta de mantenimiento, poca planificación y ausencia de respuestas claras por parte de las autoridades.

“Esto se daña a cada rato. No hay mantenimiento, no hay personal que oriente. Uno entra como puede”, expresó otro pasajero.

“Esto ya es rutina. Uno viene preparado para pasar trabajo. No debería ser así, pero ya es normal”, concluyó una joven estudiante.

El malestar persiste entre quienes dependen de este sistema de transporte para llegar a tiempo a sus destinos.

Aunque el Metro de Santo Domingo representa una solución clave para el tránsito en la capital, muchos de sus usuarios consideran que, sin mejoras urgentes, está dejando de ser un alivio para convertirse en una carga diaria.