Esta enfermedad afecta a una de cada diez mujeres y puede comprometer su fertilidad. En su día mundial, además del dolor pélvico y los períodos menstruales abundantes, que otros signos pueden indicar la patología
Se estima que una de cada diez mujeres en edad fértil tiene endometriosis, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Sin embargo, debido a la falta de conciencia sobre esta enfermedad y a la dificultad para diagnosticarla, es posible que el número real sea mayor. Se trata de una patología ginecológica benigna, que afecta a mujeres en edad reproductiva, con una edad promedio al momento del diagnóstico de 28 años.
Y si bien la patología tiene algunos síntomas muy característicos que pueden dar al médico ginecólogo la sospecha del diagnóstico, en algunas mujeres se manifiesta de maneras poco tradicionales, lo cual retrasa su tratamiento y muchas veces pone en riesgo la fertilidad.
En pleno siglo XXI, aún la medicina no pudo revelar de forma certera la causa de la endometriosis. Y en el día mundial de la enfermedad, especialistas destacaron que “la falta de conciencia sobre la endometriosis también significa que muchas mujeres no reciben el tratamiento adecuado”.
“Es una enfermedad inflamatoria, hormonodependiente, caracterizada por la presencia de tejido endometrial localizado por fuera de su ubicación normal, que es la cavidad del útero -comenzó a explicar el médico obstetra y especialista en fertilidad Sergio Pasqualini (MN 39914)-. Puede ser causal, entre otros, de dolores menstruales, o en cualquier momento del ciclo, al mantener relaciones sexuales, o incluso de infertilidad, aunque también puede ser asintomática. La sintomatología no tiene necesariamente relación con el grado de endometriosis”.
A su turno, el doctor Leandro Fusaro, jefe del Servicio de Ginecología de Fundación Favaloro, precisó: “La endometriosis es una patología hormona dependiente en lo que refiere a su modificación con el ciclo menstrual, por lo que afecta a las mujeres durante su edad fértil. La principal herramienta de tratamiento que utilizamos son las hormonas, como por ejemplo, una pastilla anticonceptiva. Justamente por afectar durante la edad reproductiva de la mujer se dice que es una enfermedad de larga duración, aunque algunos de sus efectos pueden perduran más allá de la menopausia”.
En segundo término, Fusaro señaló: “Es importante conocer que en algunos casos se tendrá que recurrir a la cirugía. Es una patología que tiene un alto impacto en la calidad de vida de las mujeres por eso no debe menospreciarse y estudiar por médicos que se encuentren capacitados para poder asistir a las mujeres de la manera necesaria”.
Según el profesional, “los dos síntomas fundamentales que puede experimentar una mujer con endometriosis son dolor y alteraciones de la fertilidad. El dolor es subjetivo y no hay que normalizarlo durante la menstruación: si bien la mujer puede sentir alguna molestia durante el período menstrual, no debería modificar sus actividades diarias. Asimismo debería beneficiarse con el uso de algún analgésico como ibuprofeno, paracetamol, naproxeno, etcétera. El grado de dolor no siempre coincide con el grado de severidad de la patología, por eso se debe estudiar a cada mujer para hacer el diagnóstico correcto”.
Justamente en lo que respecta al diagnóstico de la endometriosis, “se utilizan la ecografía y la resonancia”, detalló Fusaro. Y sumó: “La alteración de la fertilidad es la otra parte clínica que se debe investigar. No toda mujer con endometriosis tendrá alteraciones en la fertilidad, ni tampoco toda mujer con alteraciones en la fertilidad tiene endometriosis. Sin embargo existe una asociación fuerte entre estos dos factores”.
Por su parte, el médico ginecólogo y obstetra Santiago Artazcoz, vicepresidente de la Sociedad Argentina de Endometriosis (SAE), postuló que “el endometrio es el tejido de la capa más interna del útero que se desprende todos los meses en forma de menstruación en pacientes en edad reproductiva. En la endometriosis, este tejido se implanta o se adhiere fuera del útero, dentro de la cavidad abdominal: ovarios, trompas, intestino, vejiga, y, (al igual que el endometrio normal) reacciona frente a los cambios hormonales del ciclo de la mujer. Cuando el ciclo hormonal finaliza sangra, lo que puede provocar, adherencias intraabdominales, que a su vez provocan síntomas como dolor pelviano, infertilidad, dolor con las relaciones sexuales. En muchos casos también puede no generar síntomas y transformarse en una enfermedad silenciosa”.
Es que a partir de la forma y del lugar en el que se localiza el endometrio, se pueden distinguir tres tipos de endometriosis: peritoneal o superficial (las células de la endometriosis se alojan en zonas superficiales del peritoneo), ovárica (se presentan como quistes en los ovarios) y profunda (es el tipo más grave y menos frecuente, debido a que se forman pequeños focos o nódulos endometriósicos implantado a más de 5 milímetros de profundidad del peritoneo, pudiendo llegar a infiltrar órganos como el intestino o la vejiga).
En opinión de Pasqualini, “bien se la podría considerar la enfermedad del siglo XXI, porque la aparición de la planificación familiar y los cambios culturales, hicieron que las mujeres tengan más menstruaciones antes de enfrentar su primer embarazo”. “A menor cantidad de períodos, menor reflujo menstrual y, por lo tanto, menor endometriosis, dado que el reflujo de sangre menstrual por las trompas hacia la cavidad pelviana, es el motivo, asociado a algún/os otro/s factores, que se cree que tiene que ver con el origen de la misma”, amplió el director de Halitus Instituto Médico.
Y si bien como se dijo, la dificultad en arribar a un diagnóstico certero es una de las principales características de la endometriosis, el especialista en fertilidad señaló que existen una serie de síntomas que pueden dar cuenta de la enfermedad.
– Dolores que se presentan pre e intermenstruales, en general progresivos (aumentan con el paso del tiempo), y que aparecen, tiempo después de la primera menstruación.
– El dolor puede llegar a ser tan intenso que afecta la calidad de vida.
– Dolor pélvico crónico: constante o intermitente, y puede empeorar durante la menstruación.
– Dolor durante las relaciones sexuales.
– Diarrea, estreñimiento, distensión abdominal, etc.
– Sangrado menstrual abundante o prolongado.
– Infertilidad
Según informan desde la SAE en su página web, “hasta el día de hoy, no existe un análisis o estudio no invasivo que permita confirmar la enfermedad”. “Se puede llegar a sospechar con un interrogatorio específico, un examen físico (tacto vaginal y/o rectal) y estudios complementarios como la ecografía ginecológica o la resonancia magnética de pelvis -aseguran-. La única manera certera para detectar este trastorno es mediante la visualización directa y una biopsia del tejido afectado a través de una cirugía mínimamente invasiva como lo es la videolaparoscopía”. En ese sentido, existen tres síntomas que suelen no ser tenidos en cuenta a la hora del diagnóstico, que especialistas consultados por el Daily Mail detallaron.
Aunque es una condición que afecta el útero y se asocia comúnmente con el dolor menstrual, también puede causar problemas intestinales. Por esta razón, la endometriosis a menudo se diagnostica erróneamente como síndrome del intestino irritable (SII) debido a los problemas digestivos que causa la afección, como dolor abdominal, hinchazón y estreñimiento.
Los síntomas son causados por el tejido endometrial que se adhiere a los intestinos y causa inflamación, lo que puede provocar síntomas como distensión abdominal, dolor abdominal y diarrea, según explicó la nutricionista Caitlin Hall, quien agregó que “en casos severos, el tejido endometrial puede causar un bloqueo en el intestino, lo que provoca estreñimiento, náuseas e incluso vómitos”.
Así como el tejido de la endometriosis puede crecer en el intestino, también puede crecer alrededor de la vejiga, causando irritación, cuya principal manifestación puede ser dolor al orinar. La endometriosis vesical puede ser superficial, cuando se encuentra tejido en la superficie exterior de la vejiga, o más profunda, cuando el tejido se encuentra dentro del revestimiento o la pared de la vejiga.
Sus síntomas incluyen irritación de la vejiga, necesidad de orinar con mayor frecuencia, dolor cuando la vejiga está llena, sangre ocasional en la orina y, a veces, dolor en el área de los riñones. Sin embargo, las pacientes con endometriosis que tienen dolor al orinar pueden no tener tejido similar al útero en la vejiga, y su síntoma podría ser una infección urinaria, que es más común entre las personas con endometriosis.
Sentirse cansada también es un síntoma de endometriosis. El dolor crónico y la inflamación asociados con la afección podrían estar contribuyendo a esta fatiga, según el doctor Irem Tezer Ates, quien señaló que “para muchas mujeres estos síntomas son descartados y otras luchan por detectar las señales de advertencia”.
“Estar físicamente exhausta puede ser un síntoma debilitante de la condición que afecta la vida diaria, los niveles de estrés y el sueño de las mujeres -según la Endometriosis Foundation of America-. Se cree que la fatiga es causada por el esfuerzo del cuerpo para combatir las toxinas inflamatorias causadas por la enfermedad”.
La presencia de endometriosis no es sinónimo de infertilidad, más aún si es de grado leve. “Hay mujeres que se embarazan y nunca se enteran que la tenían y otras que saben que la tienen y se embarazan de manera natural -aclaró Pasqualini-. Ante la presencia de infertilidad y endometriosis siempre hay que tener en cuenta que puede llegar a ser uno de los motivos, y descartar otros factores concomitantes que pudieran existir”.
“También se debe explorar si hay síntomas gastrointestinales que afecten la permeabilidad intestinal, porque puede llegar a ser causal de inflamación sistémica de bajo grado y de enfermedades autoinmunes que pueden favorecer o empeorar la evolución de la enfermedad”, agregó.
Tras señalar que “además, la endometriosis como enfermedad inflamatoria puede llegar a ser causal de una disminución prematura de la reserva ovárica”, el especialista en fertilidad remarcó que “en ocasiones se presenta con quistes en los ovarios, por lo que es importante evaluar y decidir si el tratamiento es o no quirúrgico. Sobre todo, si se tiene previsto realizar una fertilización in vitro, dado que la operación siempre va acompañada de pérdida, en algún grado, de tejido ovárico, y por ende de reserva ovárica”.
Puede decirse que existen tantas endometriosis como pacientes que la presentan. “Existen diferentes grados, distintas causas, síntomas diversos, por lo que ante la menor sospecha hay que consultar al médico”, enfatizó, al tiempo que destacó que “si bien la endometriosis no se cura, existen tratamientos que son útiles para su control. Se sabe que el embarazo ayuda mucho por el alto nivel de hormonas que se producen y por el largo tiempo que ejercen su efecto. La cura final suele ocurrir al llegar a la menopausia, dado que al ser una enfermedad hormonodependiente, al desaparecer las hormonas que la alimentan, tiende a desaparecer la enfermedad”.
“En este día es importante recordar que esta enfermedad no debe ser ignorada o minimizada. Debemos escuchar activamente a las mujeres mujeres que sufren de endometriosis, quienes merecen un diagnóstico y tratamiento adecuados para que puedan vivir sin dolor y disfrutar de una buena calidad de vida”, concluyó.
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