Nairobi.– Al ingresar al Robot Café, ubicado en el distrito de Kileleshwa en Nairobi, los clientes son recibidos con un saludo automatizado de Nadia, una robot vestida de rojo, quien detecta la presencia humana gracias a un sensor de movimiento. Este restaurante es el primero en África del Este en emplear tecnología robótica para ofrecer una experiencia de cliente futurista.
El establecimiento, con un diseño minimalista en tonos neutros y azules, cuenta con tres robots camareras: Nadia, Claire y R24. Equipadas con cámaras frontales y sensores de movimiento, estas androides facilitan el servicio al cliente, llevando los pedidos desde la cocina hasta las mesas de manera eficiente.
Massy, una de las camareras humanas del Robot Café, destaca que los robots le permiten atender simultáneamente a varias mesas, lo que mejora la experiencia del cliente. Sin embargo, subraya que las interacciones humanas siguen siendo insustituibles, ya que los androides no pueden ofrecer el trato personalizado que muchos comensales buscan.
El jefe del restaurante, John Kariuki, reconoce que la tecnología no está exenta de problemas. Desde fallas en los cargadores hasta dificultades para transportar bebidas, los desafíos técnicos son parte del día a día en este innovador establecimiento. Aun así, Kariuki sostiene que la integración de la robótica en la hostelería es solo el comienzo de una evolución inevitable en el sector.
La innovación tecnológica en la hostelería genera reacciones encontradas. Barak Leoret, un joven ingeniero, considera que la introducción de robots podría amenazar el empleo de muchos jóvenes en Kenia, donde conseguir trabajo ya es difícil. Sin embargo, esta tendencia no es exclusiva de Nairobi; otros restaurantes en África, como el Robot Café en Lagos y The Munch Cafe en Johannesburgo, también han adoptado la robótica.
La inclusión de robots en restaurantes africanos refleja una evolución que parece imparable. Kariuki, gerente del Robot Café, señala que la tecnología es parte integral del futuro del sector: “Si la gente quisiera luchar contra la tecnología, lo habríamos hecho hace un par de años. Ahora, hay que asumir que ha llegado para quedarse”.