Un hombre de 53 años que se atendió en Düsseldorf, Alemania, consiguió una remisión de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Lo logró después de haber recibido un trasplante de células madre de la médula ósea. Sería el tercer caso de remisión completa después de un trasplante en el mundo.
El grupo de científicos que llevó adelante la investigación publicó el reporte en la revista Nature Medicine. El paciente había recibido el diagnóstico de infección por VIH en 2008. En 2011 había sido diagnosticado con una leucemia mieloide aguda.
“Cuatro años después de la interrupción del tratamiento analítico, la ausencia de un rebote viral y la falta de correlatos inmunológicos de la persistencia del antígeno del VIH-1 son una fuerte evidencia de la cura del VIH”, añadieron en el estudio. En la actualidad, el VIH es incurable, pero cada nuevo paciente que logra años con el virus indetectable e intrasmisible es un nuevo paso hacia la cura definitiva.
El trasplante alogénico de células madre hematopoyéticas (TCMH) es un procedimiento utilizado para tratar ciertos tipos de cáncer, como la leucemia, mediante la transferencia de células sanguíneas inmaduras de un donante para repoblar la médula ósea del receptor.
Hasta ahora, se han publicado dos casos de pacientes que experimentaron una remisión del VIH-1 tras un tratamiento oncológico con trasplante de células madre hematopoyéticas. Se conocen como el “paciente de Londres” y el “paciente de Berlín”. El nuevo caso pasó a llamarse paciente de Düsseldorf, para resguardar la identidad de la persona.
Los investigadores anunciaron que el paciente de Düsseldorf no tiene virus detectable en su cuerpo, incluso después de suspender su medicación contra el VIH hace cuatro años. Al igual que los pacientes de “Londres” y “Berlín”, el donante del paciente Düsseldorf tenía una rara mutación que confiere resistencia a ciertas cepas del VIH, como el VIH-1.
El doctor Bjorn-Erik Ole Jensen, que presentó los detalles del caso, consideró que el caso era un símbolo “obviamente positivo que hace albergar esperanzas, pero queda mucho trabajo por hacer”.
Para la mayoría de las personas, el VIH es una infección de por vida, y el virus nunca se erradica del todo. Gracias a la medicación moderna, las personas viviendo con el virus pueden llevar una vida larga y sana.
”Creo que podemos obtener muchas ideas de este paciente y de estos casos similares de curación del VIH”, dijo Jensen. “Estas percepciones nos dan algunas pistas de por dónde podríamos ir para hacer la estrategia más segura”.
Hace 42 años empezaba a propagarse la pandemia del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). En 1996, se inició el uso de medicamentos que permiten controlar la infección: se calcula que gracias al desarrollo de esos tratamientos y a su acceso se han salvado 16,2 millones de vidas desde 2001.
Pero durante las últimas dos décadas, empezaron a encontrarse casos de pacientes que logran la remisión sostenida de la infección después de haber recibido la medicación para VIH o después de haber accedido a un trasplante por otra enfermedad. También existen dos casos reportados de personas en el mundo que, sin recibir el tratamiento ni un trasplante, consiguieron una remisión sostenida de la infección.
La remisión sostenida de la infección está siendo investigada por los investigadores científicos de diferentes países para comprender mejor la interacción entre el virus y el organismo humano, y para contribuir al desarrollo de mejores tratamientos. Pero que existan esos casos de pacientes en remisión sostenida no significa que las personas con VIH tengan que dejar el tratamiento.
El primer caso de remisión fue el Timothy Ray Brown, el “paciente de Berlín”. El hombre recibió en 2007 un trasplante de médula ósea de un donante naturalmente resistente al VIH. Gracias al trasplante ya no necesitó medicamentos antivirales y permaneció libre del virus.
Brown había naciado en los Estados Unidos y fue diagnosticado con VIH cuando vivía en Berlín en 1995. En 2007 recibió el diagnóstico de leucemia mieloide aguda. Finalmente en setiembre de 2020, Brown falleció porque volvió a tener leucemia.
En tanto, el segundo caso de remisión del VIH es conocido como “paciente de Londres”. Se llama Adam Castillejo, británico de origen venezolano. Tiene 42 años y considera que sobrevivió gracias a la ciencia.
“Una prueba viva de los 40 años del desarrollo de la ciencia contra el VIH soy yo y no podía quedarme de incógnito, sino que tenía que salir para dar un mensaje de esperanza a los investigadores y a mi comunidad, porque, aunque ya no tengo el VIH, seré siempre de la comunidad VIH, como superviviente”, explicó Adam Castillejo en una entrevista con la agencia EFE.
En 2012 fue diagnosticado con un linfoma de Hodgkin en fase 4, muy agresivo. El tratamiento inicial no funcionó adecuadamente y en 2015 los doctores le dieron la opción de un trasplante de médula osea de un donante y funcionó. Logró la remisión del VIH y del linfoma. Igualmente hoy tiene que cuidarse mucho.
“Mi vida es como la que la gente vivió con el coronavirus, con aislamientos y mascarilla durante mucho tiempo, con además riesgos grandes de tener infecciones, complicaciones y posibilidad de un cáncer secundario”, contó.
Pacientes en remisión sostenida
Isabel Cassetti, médica, directora de Helios Salud y miembro de la Sociedad Argentina de Infectología, respondió a Infobae: “El tratamiento para la infección por el VIH mejoró notablemente la sobrevida y la calidad de vida de las personas. Durante estos últimos años, se han encontrado diferentes casos de pacientes en remisión sostenida por diferentes vías”.
Un tipo de las remisiones se ha dado en personas con VIH que necesitaron un trasplante de médula por leucemias o linfomas. Tras el trasplante se produjo una remisión de la infección. “Sin embargo, un trasplante de médula no se puede hacer a todas las personas con VIH como estrategia de tratamiento. Por eso, ahora se están desarrollando terapias génicas basadas en el conocimiento obtenido a partir esos casos”, señaló Cassetti.
También se han corroborado también remisiones sostenidas después de suspensión del tratamiento antirretroviral, como el caso de la paciente Barcelona. Son poblaciones específicas, que están bajo investigación. No significa que los pacientes viviendo con el VIH tengan que abandonar el tratamiento.
INFOBAE