Un hecho inusual y desgarrador tuvo lugar la mañana de este martes en la fiscalía de Higüey, provincia La Altagracia, cuando Mildred Correa, madre de Yeira Encarnación, una adolescente de 16 años que falleció en marzo de 2024, esparció los restos óseos de su hija en el recinto como forma de exigir justicia por su muerte.
La menor perdió la vida por ahogamiento el 14 de marzo del pasado año en el río Salto de Anamuya. Desde entonces, su madre ha denunciado la falta de respuestas por parte de las autoridades a pesar de las investigaciones en curso.
«Se la traje para que se la coman, porque lo que están haciendo es que me están mareando», exclamó la señora Correa, quien entre sollozos y visible indignación explicó que tomó la decisión de desenterrar los restos de su hija ante la impotencia y el dolor de no haber obtenido respuestas a casi un año del hecho.
Fiscalía asegura avances en el caso
Claudia Garrido, fiscal titular de la demarcación, explicó que se han estado realizando las investigaciones desde el primer momento y que el caso está siendo tratado con la debida rigurosidad.
“El deceso de la adolescente fue por asfixia, según la autopsia. Ella se encontraba en horas de la noche con otros menores y un mayor de entre 18 y 19 años», detalló Garrido.
La magistrada indicó que se extrajeron datos de los teléfonos celulares de las personas que acompañaban a la joven el día del acontecimiento. Además, confirmó que se han procesado a personas mayores de edad bajo la tipificación de extracción de menores, presentando los cargos correspondientes ante el tribunal.
Descartan violación sexual
Garrido aseguró que la autopsia descartó cualquier indicio de violación sexual y confirmó que la causa de muerte fue exclusivamente el ahogamiento.
“No hemos estado dando una respuesta en el tiempo que la madre demanda, a quien entendemos en su dolor, pero sí hemos dado pasos firmes para esclarecer los hechos”, agregó.
Asimismo, señaló que dos fiscales trabajan en el caso de manera constante y que se han llevado a cabo peritajes y experticias para obtener todas las evidencias necesarias.
Un acto desesperado que conmocionó a la comunidad
Luego de esparcir los restos de la menor en la recepción de la fiscalía, miembros de la Dirección Central de Investigaciones Criminales (DICRIM) y de la Defensa Civil recogieron los huesos y los colocaron nuevamente en bolsas.
Correa fue detenida por agentes policiales y conducida al cuartel, mientras reiteraba que su vida cambió desde la muerte de su hija. «Yo no tengo vida, yo morí hace 10 meses junto con mi hija», expresó entre lágrimas.
El hecho ha generado un fuerte impacto en la comunidad, poniendo nuevamente sobre la mesa la necesidad de una respuesta oportuna y transparente en casos que involucran la muerte de menores.
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