Santo Domingo, 4 de noviembre de 2024 – Hoy, el Gran Santo Domingo conmemora el segundo aniversario del devastador aluvión que cobró ocho vidas y dejó pérdidas millonarias, causando estragos en la vida de miles de personas y en la infraestructura de la capital dominicana.
La efeméride llega en un contexto de alerta general, pues el país enfrenta nuevamente pronósticos de lluvias intensas y el impacto de una vaguada que podría ocasionar graves inundaciones, trayendo a la memoria el fatídico viernes 4 de noviembre de 2022.
La tormenta que colapsó la capital
Ese día, una inesperada e intensa lluvia comenzó alrededor de las 5:00 p.m., sorprendiendo a los habitantes de Santo Domingo. En solo cuatro horas, cayeron casi 264 milímetros de agua por metro cuadrado, cifra que el geólogo Osiris de León calificó de histórica en la pluviometría nacional.
Esta cantidad de agua, concentrada en tan poco tiempo, inundó las principales avenidas y barrios, con daños que afectaron tanto al transporte público como a miles de viviendas y comercios.
El Metro de Santo Domingo, principal medio de transporte masivo, también sufrió inundaciones en varias estaciones, lo que obligó a las autoridades a extender su horario para facilitar el regreso de los pasajeros que buscaban refugio en medio del caos. En las comunidades más afectadas, como el sector de las 800, los residentes se vieron forzados a abandonar sus hogares, perdiendo pertenencias y enfrentando el duro golpe de una catástrofe que también dejó un saldo trágico de vidas perdidas.
Historias de tragedia y resistencia
Entre las víctimas más recordadas, José Antonio Batista Polanco, conocido como “Jochy”, falleció al intentar llegar a casa para reunirse con su hija. En su trayecto, el tráfico y la fuerte lluvia lo forzaron a abandonar su vehículo, y su cuerpo fue hallado días después en las aguas del río Ozama. Historias similares llenan el registro de la tragedia, desde fallecimientos por ahogamiento hasta muertes por electrocución y derrumbes, cada una reflejando el impacto humano de aquel evento.
Daños materiales y económicos
El presidente de la Cámara Dominicana de Aseguradores y Reaseguradores (Cadoar) informó entonces que las pérdidas superaron los mil millones de pesos, con aproximadamente 900 vehículos reportados como dañados. El panorama en sectores como Las 800 reflejaba desolación: muebles, electrodomésticos y vehículos quedaron destruidos, arrasados por la corriente de agua y lodo que tomó por sorpresa a una ciudad no preparada para tales precipitaciones.
Aumento de alertas y preparativos para nuevas lluvias
Este año, la amenaza de un ciclón y la incidencia de una vaguada han llevado al Centro de Operaciones de Emergencia (COE) a emitir alertas para 20 provincias, incluyendo Santo Domingo. Con nueve provincias en alerta amarilla y otras 12 en alerta verde, la población se mantiene a la expectativa, temiendo que las lluvias se conviertan en una nueva prueba para el país. En respuesta, el presidente Luis Abinader anunció que hoy se presentarán nuevos protocolos de prevención y una aplicación para facilitar la comunicación de emergencias meteorológicas a la población.
La sombra del cambio climático
El cambio climático sigue planteando desafíos para República Dominicana, donde fenómenos de alta intensidad parecen volverse cada vez más frecuentes. La trágica inundación de 2022 es un recordatorio de la vulnerabilidad ante eventos climáticos extremos y de la importancia de fortalecer la infraestructura y los protocolos de prevención.
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