SANTO DOMINGO – En un masivo operativo desplegado por aire, mar y tierra, las autoridades dominicanas, lideradas por el Ministerio Público (MP) y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD), con el apoyo del Ministerio de Defensa, la DEA y el Comando Sur de Estados Unidos, pusieron en marcha la Operación Búfalo NK.
El objetivo es desmantelar una poderosa red de narcotráfico internacional y lavado de activos que opera en la región desde 2019.
Más de 400 efectivos de las fuerzas especiales de la DNCD, junto a 47 fiscales, ejecutaron 33 allanamientos simultáneos en las provincias de Santo Domingo, Puerto Plata, María Trinidad Sánchez, La Romana y Samaná. La operación, que movilizó unidades marítimas, aéreas y terrestres, busca capturar a los miembros clave de la organización criminal, responsables del tráfico de aproximadamente dos toneladas de cocaína a través de República Dominicana hacia Puerto Rico, Estados Unidos y Europa.
Las investigaciones revelaron que la red utilizaba lanchas rápidas y barcos pesqueros para movilizar grandes cargamentos de drogas desde Colombia y Venezuela hacia el Caribe y Europa, donde triplicaban su valor en el mercado ilegal, generando ganancias millonarias. Durante la operación fueron arrestados más de diez individuos, incluidos los presuntos líderes de la organización, Rafael Ynoa Santana (alias «El Cojo», «Pocho», «El Don») e Isidoro Rotestan Clase (alias «El Men»).
Ynoa Santana mantenía vínculos con Juan Carlos López Macías, alias «El Sobrino», líder de una organización narcotraficante colombiana arrestado en junio de 2022 durante la Operación Troya en Colombia. Las pruebas aportadas desde Colombia, en colaboración con las autoridades dominicanas, fueron fundamentales para fortalecer el caso contra la red criminal.
El operativo, resultado de meses de investigación, también apunta a actividades relacionadas con el sicariato, cobro compulsivo y lavado de activos. Las autoridades dominicanas subrayan que este tipo de acciones afianzan los lazos de cooperación internacional, que han sido clave para desmantelar estructuras criminales y establecer récords de decomisos en el país, posicionando a República Dominicana como un modelo regional en la lucha contra el crimen organizado.