Por Brita Feliz
Santo Domingo Este.- En el corazón del barrio «Los Pinos» en Santo Domingo Este, una urgencia sanitaria se despliega ante los ojos de sus residentes y autoridades locales. Las calles, más que senderos de vida y movimiento, se han convertido en un escenario de desolación y peligro para la salud pública.
A pesar de los esfuerzos por parte de la gestión actual, encabezada por el alcalde Dio Astacio, en controlar la recolección de basura, los desechos tóxicos persisten como solo un componente de la contaminación que amenaza la salud de quienes habitan en este sector. La situación se agrava aún más con la presencia constante de aguas residuales y la obstrucción de los alcantarillados, como evidencia palpable en la intersección de la Calle P con la Calle 24.
Desde la administración anterior, bajo el liderazgo del entonces alcalde Manuel Jiménez, se han presentado denuncias sobre el estado deplorable de las principales vías, incluyendo aquellas que conectan con Hainamosa e Invicea. Sin embargo, la insalubridad persiste, desafiando incluso los embates de la temporada ciclónica.
En este contexto, es imperativo fortalecer la Ley General sobre Medio Ambiente (Ley 64-00) de la República Dominicana, para imponer sanciones severas a aquellos que depositan desechos en áreas no designadas. Esta medida no solo protegería la salud pública, sino que también contribuiría a mantener la calidad turística urbana de Santo Domingo Este, un objetivo que actualmente se ve comprometido por la contaminación y la delincuencia.
Llamamos a las autoridades pertinentes a tomar medidas inmediatas para abordar esta crisis sanitaria y a los ciudadanos a cumplir con su deber cívico de preservar el entorno en el que viven. Solo a través de la cooperación y el cumplimiento de las leyes ambientales, podremos garantizar un futuro más saludable y próspero para todos los habitantes de Santo Domingo Este.