San Cristóbal – Miriam Guzmán, madre de Eduarda Díaz, ha expresado su profundo dolor y frustración tras el trágico asesinato de su hija, quien fue encontrada mutilada después de que su propio victimario, José Cuevas, guiara a la Policía Nacional al lugar exacto donde dejó los restos. Guzmán lamentó no haber sabido de las intenciones de Cuevas, afirmando que habría hecho todo lo posible por proteger a su hija.
Eduarda Díaz, quien estaba embarazada de cinco meses al momento de su muerte, también perdió a su futuro hijo, el segundo que tendría con Cuevas. «Mi hija iba para cinco meses de embarazo, y a ese asesino no le importó y arrancó con la vida de mi hija y también con el que iba a ser su propio hijo«, dijo Miriam Guzmán entre llantos.
Los familiares de Eduarda señalaron que Cuevas había realizado varias amenazas contra ella después de su separación, y que incluso había cometido actos de violencia física. A pesar de múltiples denuncias ante la Fiscalía de San Cristóbal, las autoridades no tomaron medidas preventivas.
El pasado jueves, Eduarda salió de su hogar para trabajar en el hospital Juan Pablo Pina de San Cristóbal en su turno nocturno. Su familia comenzó a preocuparse cuando no regresó el viernes por la tarde. Brígido Díaz, padre de la víctima, relató: «Automáticamente dieron las 4:00 yo tenía el presentimiento de que ese hombre le hizo algo a mi hija. De una vez llamé a mi hijo para que averiguara, y cuando fuimos a la casa de él, sus hermanos dijeron que no sabían nada«. La confirmación de su muerte llegó cuando Cuevas confesó el crimen el sábado.
Miriam Guzmán también desmintió cualquier alegato de problemas mentales por parte del asesino. «Ese hombre tiene 20 años trabajando en una fábrica de cemento, ningún loco trabaja por tanto tiempo en una compañía, así que loco él no es», concluyó la madre.