La Fiscalía ha iniciado un nuevo caso penal contra Hunter Biden, hijo del presidente estadounidense Joe Biden, presentando cargos relacionados con delitos fiscales. Los documentos correspondientes fueron presentados este jueves ante un tribunal en California, marcando el último capítulo en la serie de acusaciones contra el hijo del mandatario.
La imputación, que consta de 56 páginas, incluye 9 cargos contra Hunter Biden, abordando cuestiones como la falta de declaración y pago de impuestos, así como la presentación de declaraciones de impuestos falsas o fraudulentas. Los fiscales sostienen que Biden no pagó alrededor de 1.4 millones de dólares en impuestos federales durante un período de cuatro años, desde 2016 hasta 2019.
Según la Fiscalía, Hunter Biden «gastó millones de dólares en un estilo de vida extravagante en vez de pagar sus impuestos». Esta nueva acusación se suma a otra presentada a mediados de este año por tres cargos relacionados con la compra y posesión ilegal de armas.
El fiscal David Weiss, encargado del caso, lidera esta nueva imputación, que llega justo antes de que Hunter Biden deba testificar ante la Cámara de Representantes en el marco de una investigación sobre posibles irregularidades que involucran al presidente Joe Biden y los negocios de su familia.
En octubre pasado, Hunter Biden se declaró no culpable de los cargos relacionados con la compra de una pistola en 2018, alegando que no consumía drogas, aunque más tarde admitió su lucha contra la adicción al crack.
Estos cargos se derivan de una investigación que se inició en 2018 durante el Gobierno de Donald Trump y ha sido utilizada como punto de ataque político por parte del expresidente, quien podría enfrentarse a Biden en las elecciones de 2024. La investigación, que ya lleva cinco años en curso, había alcanzado un acuerdo este año entre la defensa de Hunter Biden y el equipo de acusación, liderado por Weiss, pero este acuerdo colapsó recientemente, abriendo paso a un juicio en el futuro.