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Cuando ya se acaba, pero tienes que quedarte: Una reflexión sobre las relaciones que han terminado emocionalmente

Por: Jen Sánchez

A veces, en nuestras relaciones, llegamos a un punto donde sentimos que todo ha terminado. Ya no hay amor, no hay pasión, no hay conexión. Pero a pesar de eso, seguimos ahí, atrapados. Es lo que me viene a la mente cuando pienso en la frase «cuando ya se acaba, pero tienes que quedarte». Quiero compartir lo que pienso y lo que pudiera significar para muchos que se encuentran en la misma situación.

Cuando digo que una relación «ya se acaba», no me refiero a que todo sea malo o que haya peleas constantes (aunque a veces también pasa). Me refiero a esa sensación de vacío, de que la chispa se ha apagado. Puede ser porque las cosas se fueron desgastando con el tiempo, o porque hubo una traición o simplemente porque crecimos y cambiamos y ya no somos compatibles. Reconocer que una relación ha terminado emocionalmente es duro y a veces lo evitamos porque es doloroso admitirlo.

Aunque el corazón nos dice que ya no hay nada, a veces la cabeza y las circunstancias nos dicen otra cosa. Hay muchas razones por las que la gente se queda en relaciones que ya no funcionan emocionalmente:

Compromisos Familiares: Si hay hijos de por medio, muchos padres deciden quedarse juntos por ellos. Queremos que nuestros hijos crezcan en una familia estable, aunque eso signifique sacrificar nuestra propia felicidad.

Obligaciones Financieras: El dinero es una razón poderosa. Hipotecas, deudas, y otros compromisos económicos pueden hacer que separarse sea casi imposible. Además, si uno de los dos depende financieramente del otro, la separación puede parecer una opción inviable.

Costumbre y Miedo al Cambio: A veces, la rutina y la comodidad de lo conocido nos mantienen atados. El miedo a lo desconocido y la idea de empezar de nuevo puede ser paralizante. Es más fácil quedarse en lo malo conocido que arriesgarse a lo bueno por conocer.

Quedarse en una relación que ya terminó emocionalmente es agotador y trae un impacto a la salud emocional y psicológica. Incluso sin quien le escribe, ser psicóloga me atrevo a decir que la frustración y el resentimiento se vuelven parte de la vida diaria. La falta de cariño y apoyo afecta nuestra autoestima y puede llevarnos a sentirnos ansiosos o deprimidos. Con el tiempo, esto no solo afecta la relación, sino también otras áreas de nuestra vida, como el trabajo y las amistades.

Cuando estamos en una relación donde nos sentimos desatendidos, solos o insignificantes, o cuando parece que lo tenemos todo pero en realidad no tenemos lo que realmente queremos, comienzan a aparecer los pensamientos negativos. Esa sensación de vacío puede llevarnos a creer que no somos suficientes o que nuestras necesidades no importan. Estos pensamientos pueden ser increíblemente destructivos y si no se manejan adecuadamente, pueden llevarnos a una gran depresión.

Sentirse ignorado o no valorado por la persona que una vez amamos puede hacer que empecemos a dudar de nosotros mismos y de nuestro valor. Nos preguntamos si alguna vez fuimos importantes o si simplemente nos hemos convertido en una carga. Este tipo de pensamientos no sólo afectan nuestra relación, sino también nuestra salud mental y emocional. La acumulación de estos sentimientos puede resultar en una profunda tristeza y, eventualmente, en una depresión grave si no se abordan.

Aunque parezca que no hay salida, es importante buscar soluciones, porque al final siempre hay una solución para todo. Por ejemplo, si te sientes identificado con está reflexión, estoy segura que algunas de cosas pueden ayudar:

Comunicación Abierta es importantísima. Hablar con la pareja sobre cómo nos sentimos puede ser el primer paso para encontrar una solución. A veces, ambos sienten lo mismo y no lo saben.

Un terapeuta puede ayudarnos a entender mejor nuestros problemas y trabajar juntos para resolverlos. Puede ser una herramienta muy útil.

Hay que pensar en evaluar todas las opciones, desde intentar mejorar la relación hasta considerar una separación. A veces, la separación es la mejor opción para ambos.

Tomar Decisiones Difíciles: A veces, lo más sano es reconocer que la relación ha terminado y seguir adelante. Esto puede ser doloroso, pero necesario para nuestro bienestar.

Quedarse en una relación que ya terminó emocionalmente es una experiencia difícil. Es importante ser honesto con uno mismo y con la pareja. Cada uno de nosotros merece estar en una relación que nos haga felices. A veces, esto significa tener el coraje de dejar ir. Al final, nuestro bienestar emocional y mental debe ser lo primero, y buscar la felicidad es una decisión valiente. No debemos subestimar el impacto de sentirse desatendido o insignificante; estos sentimientos pueden llevarnos a lugares oscuros si no los enfrentamos y buscamos ayuda. Encontrar la manera de avanzar puede abrir la puerta a nuevas oportunidades y una mayor felicidad.

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