La última vez que Joe Biden empacó y dejó el cargo, se llevó consigo miles de documentos de sus décadas en el servicio público, incluidos algunos documentos clasificados que deberían haber ido a los Archivos Nacionales para su custodia.
Esa medida generó una investigación federal sobre si Biden había violado la ley a sabiendas y un informe perjudicial del Departamento de Justicia que se refería a Biden como un «hombre mayor con mala memoria», lo que encendió preocupaciones públicas sobre su agudeza mental que finalmente llevaron a Biden a abandonar la carrera.
El descubrimiento también diluyó la importancia del caso penal contra el presidente electo Donald Trump, quien había sido acusado de acumular deliberadamente documentos de alto secreto en su propiedad de Florida, y ayudó a alimentar las afirmaciones de Trump de persecución política injusta.
Los camiones de mudanzas están nuevamente en la Casa Blanca, y el personal de Biden está cargando documentos y artículos para su almacenamiento mientras se prepara para partir la próxima semana. La administración ha prometido un nuevo protocolo más seguro para revisar y separar la información clasificada. Pero a solo una semana de las elecciones, aún no se sabe nada sobre las recomendaciones de un grupo de trabajo federal formado a instancias de Biden para desarrollar las mejores prácticas para las transiciones.
«Vamos a hacer todo lo posible, sin duda, para ser cuidadosos, para seguir las reglas, para hacer esto de la manera correcta, para seguir las tradiciones, obviamente, como el presidente realmente quiere hacer», dijo la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.
Cuando un presidente hace las maletas y deja la Casa Blanca
Biden formó el grupo de trabajo de registros presidenciales a principios de 2024, con el fin de estudiar las transiciones pasadas para determinar las mejores prácticas para salvaguardar la información clasificada de una administración saliente. También está evaluando la necesidad de introducir cambios en las políticas y procedimientos existentes para impedir la eliminación de información confidencial que, por ley, debería conservarse en la Administración Nacional de Archivos y Registros.
Funcionarios de la Casa Blanca dijeron que el trabajo continúa y que aún esperaban proporcionar recomendaciones «antes de la próxima transición presidencial».
Barbara Perry, directora de estudios presidenciales en el Centro Miller de la Universidad de Virginia, dijo que sería mejor pecar de precavido y mantener más documentos en un almacenamiento seguro. Y aunque el gobierno de EE.UU. probablemente debería revisar cómo y por qué se clasifican los documentos, dijo, hasta que la nación lo descubra, los documentos «deben ser entregados a los Archivos Nacionales y necesitamos el mejor y más fácil mecanismo para hacerlo».
«Lo más importante es asegurarse de que los secretos de Estado permanezcan en secreto», dijo.
En términos generales, cuando un presidente deja la Casa Blanca, tiene que ordenar todas las cosas que ha acumulado. Eso es lo que Biden está haciendo ahora mientras se prepara para dejar el cargo. Se le permite llevar artículos personales, como diarios y fotos familiares. Pero la mayoría de los papeles y memorandos, y especialmente los documentos clasificados, se envían a los Archivos Nacionales bajo la Ley de Registros Presidenciales.
La ley de 1978 exige la preservación de los documentos presidenciales como propiedad del gobierno de los Estados Unidos. Se aprobó después del escándalo Watergate, cuando una colección de cintas secretas que el presidente Richard Nixon había considerado destruir jugó un papel decisivo.
Pero las políticas destinadas a controlar el manejo de los secretos de la nación se aplican al azar entre los altos funcionarios y dependen casi por completo de la buena fe. Los documentos clasificados han estado apareciendo en los garajes, unidades de almacenamiento y oficinas de funcionarios gubernamentales de vez en cuando durante décadas, desde presidentes y vicepresidentes hasta miembros del gabinete y personal de varias administraciones que se remontan a Jimmy Carter.
Cuando los exfuncionarios descubren que están en posesión de dichos materiales, generalmente los entregan a las autoridades y ese es el final del asunto. Pero Trump se negó a devolver cajas de material clasificado que tomó después de dejar el cargo en 2021, lo que provocó una incautación sin precedentes por parte del FBI de miles de páginas de registros.
Documentos clasificados encontrados en Mar-a-Lago
Trump fue acusado de docenas de delitos graves que lo acusan de retener ilegalmente documentos confidenciales en su propiedad de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, y obstruir los esfuerzos para recuperarlos.
El Departamento de Justicia desestimó el caso después de que Trump fuera elegido, citando una política de larga data que prohíbe los enjuiciamientos contra presidentes en funciones.
Trump tenía documentos almacenados en varios lugares alrededor del club privado donde los invitados iban y venían, incluido un salón de baile, un baño y ducha, un espacio de oficina, su dormitorio y una sala de almacenamiento.
Los documentos incluían «información sobre las capacidades de defensa y armamento tanto de Estados Unidos como de países extranjeros, programas nucleares de Estados Unidos, vulnerabilidades potenciales de Estados Unidos y sus aliados a un ataque militar, y planes para posibles represalias en respuesta a un ataque extranjero», según la acusación en su contra.
Cuando Biden dejó la vicepresidencia a principios de 2017, puso artículos en su garaje y en un grupo de expertos que planeaba dirigir. En su relato, Biden se sorprendió al enterarse de que tenía documentos clasificados en su poder, no estaba seguro de cuáles eran y los entregó de inmediato.
«Encontraron algunos documentos en una caja, ya sabes, un armario cerrado con llave, o al menos un armario», dijo Biden a principios de 2023 en sus primeros comentarios sobre el descubrimiento. «Y tan pronto como lo hicieron, se dieron cuenta de que había varios documentos clasificados en esa caja. E hicieron lo que deberían haber hecho: llamaron inmediatamente a los Archivos, llamaron inmediatamente a los Archivos, los entregaron a los Archivos».
La investigación sobre Biden y los documentos clasificados
Biden dijo que nunca tuvo la intención de conservar los documentos, que fueron descubiertos por primera vez en noviembre de 2022 por un abogado personal del Centro Penn Biden para la Diplomacia y el Compromiso Global. Informó del descubrimiento, y los registros posteriores de su casa arrojaron más material, incluidas notas escritas a mano.
Cuando los funcionarios del Departamento de Justicia intentaron investigar, Biden y sus abogados cooperaron; el presidente se sentó para una entrevista con el fiscal especial Robert Hur, encargado por el fiscal general Merrick Garland de investigar el asunto.
El informe final del fiscal especial enumeró docenas de documentos confidenciales encontrados en la casa de Biden en Wilmington, Delaware, y en su antigua oficina en Washington. Los documentos fueron marcados como clasificados o posteriormente se evaluó que contenían información clasificada.
La mayoría de los documentos, según el informe de Hur, parecían haber sido retirados por error de las oficinas gubernamentales, aunque también detalló algunos elementos que Biden parecía retener a sabiendas. Hur concluyó que los cargos penales no estaban justificados.
«El fiscal especial reconoció que cooperé completamente. No puse ningún obstáculo. No busqué demoras», dijo Biden después de que se publicara el informe.
Legalmente, el informe fue una victoria para Biden, eliminando cualquier criminalidad. Pero políticamente, la discusión sobre su agudeza mental que planteó el informe generó preocupaciones sobre su capacidad para buscar la reelección, preocupaciones que solo se hicieron más fuertes y persistentes después de su desastrosa actuación en el debate contra Trump.
Biden se retiró de la carrera, dando a la vicepresidenta Kamala Harris solo unos meses para armar una campaña que normalmente tardaría años en elaborarse. Terminó con Trump ganando las elecciones de 2024 y a punto de volver a hacerse con la Casa Blanca.
