En un operativo inusual pero efectivo, un policía encubierto disfrazado del popular personaje «El Grinch» irrumpió en una vivienda de Lima, Perú, durante una redada antidrogas. Armado con un mazo, el oficial rompió la puerta de la propiedad y lideró la detención de varios presuntos narcotraficantes.
El singular operativo incluyó la incautación de sustancias ilícitas y culminó con el agente, vestido de verde y con el característico atuendo navideño, posando junto a los detenidos. Este evento es parte de una estrategia que las fuerzas del orden peruanas han implementado durante fechas festivas, como Halloween y Navidad, para realizar redadas encubiertas.
Desde hace algunos años, los disfraces se han convertido en una herramienta creativa para sorprender a los delincuentes y garantizar la eficacia de las intervenciones. Según las autoridades, esta táctica busca aprovechar el elemento sorpresa y, a la vez, captar la atención del público sobre la importancia de las operaciones contra el narcotráfico.
La peculiar escena se viralizó en redes sociales, generando tanto elogios como críticas. Mientras algunos ciudadanos aplauden la innovación y los resultados obtenidos, otros cuestionan el uso de elementos humorísticos en contextos de alta gravedad.
