Un atentado con bomba en Moscú ha resultado en la muerte del jefe de la defensa química rusa, un alto mando militar cuya identidad no ha sido oficialmente revelada por las autoridades. El ataque ocurrió en la mañana de este lunes en una de las zonas residenciales de la capital, dejando también un saldo de varios heridos.
El Comité de Instrucción de Rusia anunció este martes la muerte del teniente general Igor Kirillov, jefe de la defensa radiológica, química y biológica, en un atentado con bomba en su domicilio en Moscú, donde también falleció su asistente. El servicio de seguridad ucraniano se atribuyó la operación, que describe como «legítima».
Según las primeras investigaciones, el artefacto explosivo fue colocado en el vehículo del oficial, detonando mientras él se encontraba en su interior. Aunque nadie ha reivindicado la autoría del ataque, fuentes del gobierno ruso apuntan a posibles grupos vinculados a la inteligencia ucraniana, en el contexto de la escalada de tensiones entre ambos países.
El jefe de la defensa química desempeñaba un rol estratégico en la supervisión y coordinación de las capacidades militares relacionadas con la protección química y biológica de Rusia. Su muerte representa un golpe significativo para las Fuerzas Armadas del país, según analistas militares.
El portavoz del Kremlin calificó el hecho como un acto de “terrorismo”, asegurando que habrá una “respuesta contundente contra los responsables”. Mientras tanto, el presidente Vladímir Putin ha ordenado una investigación exhaustiva para esclarecer lo sucedido y reforzar las medidas de seguridad en la capital.
Este incidente ocurre en medio de un clima de alta tensión entre Rusia y Ucrania, marcado por intercambios de acusaciones y ataques en diversos frentes. Observadores internacionales han expresado preocupación por las posibles repercusiones de este atentado en el conflicto en curso.