Este jueves 28 de noviembre, Australia dio un paso histórico al aprobar una ley que prohíbe a los menores de 16 años acceder a redes sociales como Facebook, Instagram y TikTok. La normativa, que pasó por el Senado con 34 votos a favor y 19 en contra, había sido respaldada un día antes por la Cámara Baja con una abrumadora mayoría de 102 votos frente a 13.
La medida, que será oficial una vez se ratifiquen enmiendas menores propuestas por la oposición, establece multas de hasta 32,5 millones de dólares para las plataformas que no bloqueen el acceso a menores. Se espera que entre en vigor en un año, tras una fase de pruebas a partir de enero.
Las enmiendas realizadas buscan proteger la privacidad de los usuarios. Las plataformas no podrán exigir documentos de identidad oficiales, como pasaportes o licencias de conducir, ni forzar el uso de sistemas de identificación digital gubernamental.
Aunque los principales partidos políticos australianos apoyaron la ley, ha suscitado críticas desde distintos sectores. Organizaciones de salud mental y bienestar infantil advirtieron sobre posibles efectos negativos, como el aislamiento de jóvenes vulnerables.
El senador David Shoebridge, del partido Verde, expresó preocupación por las implicaciones en comunidades marginadas, como la LGBTQ+ o las zonas rurales. Según Shoebridge, la prohibición podría cortar una fuente clave de apoyo para estos grupos. Por su parte, las grandes tecnológicas alertaron que los jóvenes podrían migrar hacia plataformas no reguladas y clandestinas.
Impacto global: ¿una nueva referencia en regulación tecnológica?
La ley australiana es una de las más estrictas a nivel mundial en materia de regulación para menores, sentando un precedente que otras jurisdicciones podrían seguir. Sin embargo, su aplicación plantea grandes retos técnicos y sociales.
La prohibición llega en un momento en que los gobiernos de todo el mundo buscan mayor control sobre las actividades de las grandes plataformas tecnológicas, pero también evidencia las tensiones entre seguridad, privacidad y acceso a la tecnología.