El presidente electo Donald Trump anunció este martes su intención de nominar a Linda McMahon como secretaria de Educación. McMahon, co-directora de la transición presidencial, donante clave del Partido Republicano y exejecutiva de World Wrestling Entertainment (WWE), asumirá un rol crucial en el gabinete de Trump.
Durante los primeros dos años de la administración Trump, McMahon dirigió la Administración de Pequeñas Empresas (SBA, por sus siglas en inglés) y más recientemente presidió el consejo de la America First Policy Institute, un think tank conservador. A pesar de su limitada experiencia en el ámbito educativo, Trump elogió su “amplia experiencia en liderazgo y conocimiento profundo tanto de la educación como de los negocios”, afirmando que ayudará a “hacer que Estados Unidos sea el número uno en educación en el mundo”.
A pesar de su trayectoria en negocios, McMahon no cuenta con un historial destacado en políticas educativas, lo que genera dudas entre sectores conservadores que esperaban una figura con más experiencia en el tema. Su paso por la Junta de Educación de Connecticut (2009-2010) y el consejo de Sacred Heart University son sus únicas credenciales en educación.
Un representante anónimo del sector educativo conservador expresó inquietud sobre si la nominación responde más a compromisos políticos que a una verdadera pasión o conocimiento del tema. Sin embargo, algunos ven con alivio que el puesto no recaiga en figuras abiertamente polémicas del movimiento conservador cultural.
Grupos como la National Parents Union esperan que McMahon enfoque su liderazgo en la movilidad económica y la crisis de alfabetización. “Esperamos que proteja a nuestros niños del fuego cruzado político que ha desviado la atención de los problemas reales de aprendizaje tras la pandemia”, declaró Keri Rodrigues, presidenta de la organización.
Durante su campaña, Trump prometió eliminar fondos federales a escuelas que enseñen sobre racismo sistémico o permitan reglas basadas en identidad de género. También reiteró su intención de cerrar el Departamento de Educación y promover un programa federal de vales escolares, propuestas que enfrentan un camino legislativo incierto.
El Departamento de Educación maneja programas clave como el financiamiento para escuelas de bajos ingresos (Título I) y para estudiantes con discapacidades, además de supervisar el sistema federal de préstamos estudiantiles. Aunque la política educativa es liderada principalmente por los estados, el departamento juega un papel crucial en la distribución de recursos y la protección de derechos civiles.
La nominación de McMahon marca un giro interesante en la política educativa de Trump, quien durante su primer mandato mostró poco interés en el área. Queda por ver si McMahon podrá superar las dudas y convertir su experiencia empresarial en un activo para liderar una de las agencias más desafiantes del gobierno federal.
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