Pensilvania es el epicentro de la contienda electoral entre la vicepresidenta Kamala Harris y el expresidente Donald Trump, quienes apuran las últimas horas de campaña en un intento de captar a los votantes indecisos de cara a las elecciones de mañana. Con 19 votos electorales en juego, este estado clave podría definir el resultado en un proceso que mantiene al mundo en vilo.
A diferencia de otros sistemas, las elecciones presidenciales en Estados Unidos se deciden por el Colegio Electoral, donde son necesarios al menos 270 votos de compromisarios para ganar. Este sistema hace que ambos candidatos enfoquen sus esfuerzos en estados disputados como Pensilvania, Míchigan y Carolina del Norte. Según las encuestas, la competencia está reñida, y Harris y Trump concentran sus discursos en temas sensibles como el aborto, la migración y la economía.
Para su cierre de campaña, Harris ha contado con la presencia de Lady Gaga en un mitin en Filadelfia, mientras que Trump tiene el respaldo del empresario Elon Musk, quien ha recurrido a sorteos para incentivar la participación. Harris cuenta también con el apoyo de figuras como el expresidente Barack Obama y su esposa Michelle, mientras Trump insiste en sus promesas de combatir la migración y la inflación con un tono cada vez más agresivo.
El temor al caos ha llevado a algunos estados a tomar medidas de seguridad sin precedentes. Nevada y Washington han puesto a la Guardia Nacional en alerta, y se ha distribuido equipo de emergencia a funcionarios electorales en centros de votación en caso de disturbios. Además, la retórica incendiaria de Trump, quien ha agitado el temor al fraude electoral, preocupa a algunos sectores que temen que el expresidente no acepte el resultado en caso de derrota, como ocurrió en 2020.
Tensiones en Medio Oriente y guerra en Ucrania, otros factores clave
En un contexto de creciente inestabilidad global, el impacto de estas elecciones se extiende más allá de las fronteras de EE. UU. Los planes de Trump y Harris respecto a los conflictos en Ucrania y Gaza, así como sus posturas hacia China y México, han llamado la atención de la comunidad internacional. La elección se perfila, además, como un momento decisivo para la política estadounidense y su influencia mundial.