La visita del presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, y los reyes de España a una de las ciudades más afectadas por el reciente fenómeno meteorológico DANA fue recibida con fuertes protestas.
Los residentes, enojados por la demora en la ayuda gubernamental, lanzaron barro y objetos hacia la comitiva, mientras que gritaban «fuera, fuera» y «mentirosos», manifestando su indignación por la respuesta tardía a la crisis.
El presidente Sánchez fue retirado rápidamente del lugar junto con la reina debido al aumento en la agresividad de las manifestaciones. Sin embargo, el Rey Felipe VI optó por quedarse, intentando dialogar con los afectados a pesar de las tensiones.
Las fuerzas de seguridad formaron un cordón para protegerlo mientras este se comprometía a escuchar los reclamos de los vecinos que, en su mayoría, mostraron mayor apertura hacia el monarca.