Microsoft firmó un acuerdo de compra de energía por 20 años con Constellation Energy, propietaria de la planta, que espera la aprobación de los reguladores estadounidenses. La reapertura se centrará en la Unidad 1 de la planta, clausurada en 2019 por razones económicas y totalmente independiente de la Unidad 2, involucrada en el accidente nuclear.
Renacimiento de la energía nuclear
La decisión refleja el renovado interés en la energía nuclear como fuente confiable y libre de carbono. «Este acuerdo es un poderoso símbolo del renacimiento de la energía nuclear como recurso limpio», afirmó Joe Dominguez, CEO de Constellation. La compañía invertirá 1.600 millones de dólares en la modernización del reactor, cuya operación podría extenderse hasta 2054.
El vicepresidente de Energía de Microsoft, Bobby Hollis, destacó que este acuerdo es clave para los esfuerzos de la empresa por reducir su huella de carbono y apoyar la descarbonización de la red eléctrica.
Impacto económico y social
La reapertura de la planta podría generar 3.400 empleos y producir más de 800 megavatios de electricidad, suficiente para abastecer a 800.000 hogares, según un estudio de The Brattle Group.
Sin embargo, la noticia ha generado rechazo en algunos sectores de la comunidad local de Pensilvania, con protestas públicas en contra de la reactivación de la planta.
Otras tecnológicas se suman a la energía nuclear
Microsoft no es la única tecnológica que apuesta por la energía nuclear. Amazon y OpenAI, impulsada por su CEO Sam Altman, también han firmado acuerdos para abastecer sus centros de datos con energía nuclear. Además, Bill Gates, cofundador de Microsoft, ha sido pionero en el desarrollo de reactores avanzados a través de su empresa TerraPower.
Estos movimientos responden a las advertencias sobre el creciente consumo energético que requerirán los centros de datos de IA en el futuro. Se estima que los grandes modelos de lenguaje como GPT podrían aumentar cinco veces el impacto ambiental de las búsquedas en línea.
La reapertura de Three Mile Island requerirá una exhaustiva revisión de seguridad y medio ambiente por parte de la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos, un proceso clave para que la planta vuelva a operar.