El descubrimiento tuvo lugar en la localidad de Hoch Eissa, en Beheira, una región con vínculos históricos significativos, como los eventos descritos en el libro del Éxodo. Junto con la espada, se han encontrado fortificaciones militares de la época, lo que sugiere la importancia estratégica del sitio durante el gobierno de Ramsés II, quien reinó entre los años 1279 y 1213 a.C.
Aunque no se ha confirmado si la espada perteneció directamente al faraón, se cree que fue usada por un miembro de alto rango de su ejército, posiblemente un general cercano al monarca. Este hallazgo sugiere la presencia de un estatus elevado entre las filas del ejército del faraón.
El Ministerio de Turismo y Antigüedades de Egipto ha asegurado la conservación de la espada, junto con otras piezas encontradas en las ruinas, con el objetivo de profundizar en la comprensión de las costumbres militares y sociales de la época. Este hallazgo también ha despertado el interés de teólogos, quienes buscarán conexiones entre los descubrimientos arqueológicos y textos hebreos antiguos para enriquecer la interpretación histórica.