Buñol (Valencia) – La emblemática fiesta de la Tomatina en Buñol, celebrada cada último miércoles de agosto, ha vuelto a teñir de rojo las calles del municipio con 120.000 kilos de tomates, en una edición que ha superado todas las expectativas con más de 20.000 participantes. Este año, la fiesta ha incorporado una novedad exclusiva: una entrada VIP de 500 euros, permitiendo a los afortunados vivir la experiencia desde los camiones que transportan los tomates.
En su 77ª edición, la Tomatina ha mantenido su estatus como uno de los eventos más internacionales de España, atrayendo a participantes de todo el mundo, desde Estados Unidos hasta Japón. A las 12 del mediodía, la tradicional carcasa dio inicio a una hora de «batalla campal» a tomatazo limpio, con los contendientes siguiendo la norma de vestir de blanco, dispuestos a cubrirse de jugo de tomate.
El president de la Generalitat, Carlos Mazón, cumplió su promesa y participó en la fiesta desde uno de los camiones, acompañado por la alcaldesa de Buñol, Virginia Sanz. Ambos describieron la experiencia como «espectacular» y «única«, destacando el impacto global de la Tomatina como un símbolo de la Comunitat Valenciana. Con un despliegue de seguridad que incluyó a más de 150 agentes y puntos violeta contra la violencia machista, la edición de este año concluyó con el sonido de otra carcasa, marcando el fin de la contienda y dejando tras de sí calles cubiertas de un río de tomate. Las labores de limpieza comenzaron de inmediato, devolviendo a Buñol su aspecto habitual, aunque con el inconfundible olor a tomate aún en el aire.