El diamante, aún sin nombre, fue desenterrado por la compañía minera canadiense Lucara Diamond Corp, utilizando tecnología de rayos X diseñada para detectar piedras de gran tamaño y valor. «Estamos entusiasmados con la recuperación de este extraordinario diamante», declaró William Lamb, presidente y CEO de Lucara. La mina de Karowe ya es conocida por haber producido otros cuatro diamantes de más de 1.000 quilates en la última década, consolidando su reputación como una de las más prolíficas del mundo.
Durante la presentación de la piedra, Masisi no ocultó su asombro. «Es sobrecogedor«, expresó el presidente, quien también señaló sentirse afortunado de haber presenciado este momento histórico. Aunque aún no se ha determinado el valor del diamante ni cómo será vendido, expertos en la industria anticipan que podría superar cifras récord, dado que un diamante más pequeño de la misma mina fue vendido por 63 millones de dólares en 2016.
Botswana, con una población de 2,6 millones de habitantes, es el segundo mayor productor de diamantes naturales, solo por detrás de Rusia. El país ha sido escenario de los hallazgos más notables en la industria diamantífera en los últimos años, reafirmando su posición como un líder en la producción de estas preciadas gemas.