NAIROBI, Kenia — Este 25 de junio, un contingente de policías kenianos partirá hacia Haití en una misión respaldada por la ONU con el objetivo de frenar la violencia de las pandillas en la isla caribeña. Esta iniciativa, propuesta por Kenia, busca enviar cerca de 1.000 efectivos para liderar una misión multinacional en Haití, enfrentándose a obstáculos legales en su país de origen.
El presidente de Kenia, William Ruto, ha defendido con entusiasmo esta misión, anunciando a principios de mes que el despliegue comenzaría en pocas semanas. Sin embargo, la misión ha enfrentado críticas y desafíos legales en Kenia, con detractores que la califican de peligrosa e inconstitucional.
Un funcionario del Ministerio del Interior, que prefirió mantener el anonimato, confirmó que la partida será este martes. Además, un alto cargo policial indicó que ya hay dos equipos de avanzada desplegados y que «los preparativos están listos para que el contingente salga hacia Haití el martes».
A pesar del respaldo del Consejo de Seguridad de la ONU, con Estados Unidos como principal apoyo financiero, el despliegue ha sido retrasado debido a la inestabilidad en Haití y la oposición interna en Kenia. En enero, un tribunal keniano declaró que el gobierno no tenía la autoridad para enviar agentes al extranjero sin una autorización especial. Aunque el permiso fue obtenido el 1 de marzo, un pequeño partido de oposición presentó un nuevo recurso para frenar la misión.
La oenegé Human Rights Watch (HRW) expresó en mayo su preocupación sobre el despliegue, cuestionando tanto la financiación como los posibles abusos en derechos humanos. Varias organizaciones han acusado a la policía keniana de uso excesivo de la fuerza y ejecuciones extrajudiciales, planteando serias dudas sobre la idoneidad de los efectivos enviados.