WASHINGTON (AtaRDecer) — Las conversaciones entre la Casa Blanca y los legisladores republicanos sobre el tope de endeudamiento se detuvieron, recomenzaron y volvieron a detenerse al comenzar el fin de semana, observadas desde lejos por el presidente Joe Biden y otros mandatarios en la cumbre del Grupo de los Siete, con la esperanza de que haya avances para evitar un impago federal potencialmente catastrófico.
En una señal de que se reanudaban las negociaciones, se llevó comida a una sala del Capitolio el sábado por la mañana, pero se la llevaron horas después. No parecía probable que hubiera una reunión el sábado, de acuerdo con una persona al tanto de las conversaciones que habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizada a informar públicamente.
El gobierno de Biden busca un acuerdo con los republicanos liderados por el presidente de la cámara, el republicano Kevin McCarthy. El 1 de junio vence el plazo para elevar el tope de endeudamiento, que ahora es de 31 billones de dólares, para que el gobierno pueda seguir pagando las cuentas de la nación. Los republicanos exigen grandes recortes del gasto fiscal, a los que se oponen los demócratas.
El viernes por la mañana, McCarthy dijo que era hora de hacer una “pausa” en las conversaciones. Los equipos se reunieron nuevamente al atardecer, pero casi inmediatamente declararon que no continuarían.
En la cumbre del G7 en Japón, Biden trató de asegurar a sus colegas que Estados Unidos no caería en impago, algo que estremecería la economía mundial. Dijo que intuía un avance en las conversaciones.
“Las primeras reuniones no fueron tan progresivas, las segundas lo fueron, la tercera lo fue”, dijo el presidente, y añadió que en su opinión “podremos evitar un impago y lograremos hacer algo decente”.
Los principales negociadores del equipo de McCarthy dijeron después de la sesión del viernes por la noche que no tenían certeza acerca de los próximos pasos.
“Retomamos el diálogo, tuvimos una discusión muy muy sincera, hablando sobre dónde estamos, qué tenemos que hacer y de lo que es razonablemente aceptable”, declaró el representante republicano por Luisiana Garret Graves, un destacado aliado de McCarthy que lidera su equipo de negociación.
Se le preguntó al representante republicano Patrick McHenry si confiaba en llegar a un acuerdo con la Casa Blanca sobre el tema presupuestario, y respondió, “no”.
Al salir de la sesión nocturna, Steve Richetti, el asesor de Biden que encabeza el grupo demócrata, dijo que tenía esperanzas. “Seguiremos trabajando”, afirmó.
Biden ya tenía previsto acortar su viaje a Japón y se espera que regrese a Washington el domingo por la noche.
McCarthy ha dicho esperar que la solución al estancamiento sea “fácil”, si el equipo de Biden acepta algunos recortes de gasto que exigen los republicanos. El principal obstáculo giraba en torno al presupuesto para el año fiscal 2024, según una persona conocedora de las discusiones que habló bajo condición de anonimato. Los demócratas se oponen radicalmente a los fuertes recortes planteados por los republicanos, por considerarlos potencialmente perjudiciales para los estadounidenses e insisten en que los republicanos acepten alzas fiscales a los más ricos y recortes de gasto para reducir el déficit.