Madrid.- La inflación se ha convertido en la protagonista de la economía mundial durante los últimos meses, aunque ya empiezan a avistarse algunas señales de que la subida de precios comienza a remitir. Entre las múltiples causas que explican el fenómeno se encuentra la guerra de Ucrania, un factor desestabilizador a nivel global con múltiples consecuencias, también en el área económica. La evolución al alza de los precios afectó de lleno en el bolsillo del consumidor, mientras los bancos centrales intentaron contener la embestida con una subida generalizada de los tipos de interés para encarecer el dinero.
El concepto de inflación es clave y ha adquirido relevancia en este contexto: cuando existe una subida de precios generalizada se habla de inflación. Esto significa que con el mismo dinero, compramos menos cosas, el ahorro es menor y el valor de la moneda de un país se reduce.
La inflación se mide a través del Índice de Precios de Consumo (IPC), que refleja un incremento de los precios hasta cotas no vistas en España desde hacía 30 años. No obstante, el fenómeno es global.
Pero, ¿por qué han aumentado los precios de manera tan significativa? Su escalada dura ya más de un año, durante varios meses ha alcanzado niveles récord y recientemente da señales de ralentización.
Datos de la inflación en España, eurozona y EE.UU.
En España, la inflación se moderó en noviembre hasta el 6,8 %, medio punto menos que la registrada en octubre (7,3 %), debido a la bajada de los precios de los carburantes y la electricidad.
Según el indicador adelantado del índice de precios de consumo (IPC), la tasa de inflación lleva cuatro meses consecutivos a la baja, desde el máximo del 10,8 % alcanzado en julio, si bien sigue siendo muy alta.
En la eurozona, la tasa de inflación interanual alcanzó un nuevo máximo histórico en octubre al llegar al 10,7 %, ocho décimas más que un mes antes.
En los registros de todos los países de la zona euro, se observa que esta subida de los precios está directamente relacionada con la energía, cuyo coste se ha disparado hasta incrementarse en un 41,9 % respecto al ejercicio 2021.
Esta escalada en los precios energéticos está a su vez vinculada con la guerra de Ucrania, ya que la Unión Europea (UE) ha restringido sus compras a Rusia, que hasta la invasión era uno de sus principales abastecedores de gas.
De hecho, en torno al 40 % del gas consumido en Europa procede de Rusia, aunque el porcentaje varía sensiblemente entre unos países y otros; en algunos casos llega al 80 %, mientras que para España representaba un modesto 9,8.
Mientras tanto, en Estados Unidos, la tasa interanual de inflación continúa bajando y en noviembre se situó en el 7,1 %, seis décimas por debajo de la de octubre, según los datos publicados por la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).
Cinco causas del aumento de la inflación
1. Más demanda y escasez de oferta
El aumento de los precios no tiene una causa única. Un aumento desmesurado de la demanda, por ejemplo, puede hacer subir el precio de un producto. Pasó al principio de la pandemia del coronavirus con la venta de mascarillas. De la misma manera, una oferta escasa de un bien o servicio también eleva los precios.
2. Aumento de los costes
Asimismo, cuando sube el precio de las materias primas o combustibles para generar energía, los productores pueden aumentar los precios para mantener sus beneficios.
3. La invasión de Ucrania y las sanciones a Rusia
La invasión por parte de Rusia a Ucrania es una de las causas de la inflación. Los precios del gas y el petróleo se han incrementado como consecuencia de este conflicto, pero no solo a causa del mismo. Europa ya venía registrando alzas en este área antes de la invasión. Las sanciones a Rusia son otra de las causas del aumento del precio del gas.
4. La pandemia del coronavirus
La pandemia es otra de las causas de la inflación. La ausencia o relajación de las restricciones tras la COVID-19 he provocado que la gente gaste dinero donde antes no lo hacía y eso ha incrementado los precios. El precio de la gasolina ha aumentado, entre otras cosas, porque los países productores de crudo han tenido que aumentar su producción debido a la relajación de estas restricciones. La demanda de crudo es ahora mucho mayor que antes de la pandemia y el ajuste a esa demanda ha hecho incrementar los precios.
Al mismo tiempo, algunas empresas tienen dificultades para atender el aumento de la demanda al tiempo que reconstruyen las cadenas de suministro afectadas por la pandemia. Componentes importantes como los semiconductores son ahora más difíciles de conseguir.
5. Subida de los precios de la energía
El petróleo, el gas y la electricidad se han encarecido a nivel mundial. Esto no es solo debido a la invasión de Ucrania por parte de Rusia. El agotamiento de recursos, la poca implantación de energías renovables o los sistemas de fijación de precios ya eran deudas pendientes antes de la invasión.
Cómo ayudar a reducir la inflación
La principal medida adoptada para intentar contener la inflación está siendo subir los tipos de interés, una decisión que están adoptando los bancos centrales de todo el mundo sin apenas excepción.
Además, los diferentes gobiernos y entidades europeas y mundiales están tomando medidas para que la escalada de precios afecte lo menos posible al ciudadano y sus respectivos países.
Por ejemplo, en Europa Bruselas debate cómo poner un tope al precio del gas que se usa para generar electricidad, con vistas a reducir los efectos de la escalada de precios en toda Europa.
En España, el Consejo de Ministros ya ha aprobado el proyecto presupuestario de 2023, con un récord de gasto social para hacer frente a la inflación, sobre todo en pensiones.
¿Cómo se elabora el IPC para medir la inflación en España?
Para calcular la variación de precios, el Instituto Nacional de Estadística (INE) se encarga de analizar los cambios en los precios de una cesta de la compra «tipo», en la que cada producto y servicio tiene un peso.
Con la actualización que entró en vigor el pasado mes de enero, la cesta se basa en 955 productos y servicios distribuidos en 199 subclases.
Además, en el caso de 462 de estos artículos los precios se recogen presencialmente por parte de los técnicos del INE, y los restantes 493 se controlan por vía telemática.
La entrada y salida de productos de la cesta se produce únicamente en las actualizaciones que se hacen cada cinco años, aunque en cada ejercicio el INE también revisa la ponderación de cada categoría.
De los doce grupos en los que se agrupan todos los productos a contabilizar, en 2022 el mayor peso en el IPC sigue siendo el de alimentos y bebidas no alcohólicas, con un 22,6 %, aun así un punto menos que en 2021.
Por el contrario, la vivienda -donde se incluye la electricidad- ha aumentado del 13,6 al 14,2 %; el transporte ha subido del 12,4 al 13 %; y los hoteles y restaurantes han pasado del 11,6 al 13 %. El resto de grupos son «Bebidas alcohólicas y Tabaco», «Vestido y Calzado», «Menaje», «Medicina», «Comunicaciones», «Ocio y Cultura», «Enseñanza» y «Otros bienes y servicios».
EFE