Cientos de niñas han sufrido misteriosos envenenamientos con gas en las últimas semanas en los colegios de Irán. Al parecer, estos incidentes están destinados a tratar de paralizar la educación de las estudiantes.
El primer caso de envenenamiento se registró a finales de noviembre, en la ciudad santa de Qom. Desde entonces, se han repetido en numerosas escuelas en al menos 15 ciudades del país persa, la última vez este mismo martes 28 de febrero.
Igual que en casos anteriores, las estudiantes se quejaron de dolores de cabeza, palpitaciones del corazón, náuseas y mareos. Afirmaron también haber percibido un olor a una mezcla de naranja podrida con productos de limpieza.
Otros casos
En ocasiones anteriores, los envenenamientos fueron masivos: en el primer caso de Qom resultaron afectadas 50 jóvenes. En otro incidente, hace unos días, en la misma ciudad, 80 estudiantes fueron hospitalizadas en un instituto.
Hasta ahora no ha transcendido la muerte de ninguna estudiante.
Las autoridades iraníes en un primer momento ignoraron estos incidentes, que han ocurrido mayoritariamente en colegios femeninos, pero ahora los describen como “ataques intencionados”.
“Tras varios casos de envenenamientos en las escuelas de Qom, se ha descubierto que algunas personas quieren que se cierren los colegios, en concreto los de las niñas”, ha dicho el viceministro de Educación, Younes Panahi, a los medios locales.
El ayatolá Alavi Boroujerdi, un importante clérigo reformista, ha afirmado que los perpetradores de estos ataques están logrando su objetivo: “Hay familias que tienen miedo y no quieren mandar a sus hijas al colegio”.
El Poder Judicial ha ordenado una investigación para aclarar los hechos y el Ministerio de Sanidad ha creado un equipo formado por 50 miembros para investigar, sin que hasta ahora hayan logrado avances.
Tensión en Irán
La oleada de envenenamientos en escuelas de niñas se produce en un momento de gran tensión en Irán, que se ha visto sacudido en los últimos meses por las protestas por la muerte de la joven Mahsa Amini, tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico.
Estas protestas han tenido un fuerte componente feminista, con muchas iraníes quitándose los velos e incluso quemándolos.
Las protestas, sin embargo, han perdido fuerza de forma notable tras las ejecuciones de cuatro manifestantes. En las últimas semanas, apenas hay movilizaciones en las calles de Irán