SANTO DOMINGO, R.D. – El lumbago, o lumbalgia, es una de las dolencias más comunes en la población mundial, afectando a casi todas las personas en algún momento de su vida. Este dolor, localizado en la parte baja de la espalda, está directamente relacionado con la columna vertebral, los músculos, ligamentos o nervios de la zona. La Organización Mundial de la Salud (OMS) describe este padecimiento como un dolor agudo que, en ocasiones, puede irradiarse hacia otras partes del cuerpo, especialmente las piernas.
Uno de los principales factores que ha incrementado la incidencia de la lumbalgia es el sedentarismo. Sin embargo, la buena noticia es que existen ciertos ejercicios que fortalecen la musculatura de la zona, lo que puede ser clave para evitar su aparición y reducir su impacto.
Impacto y prevalencia del dolor lumbar
El reumatólogo David Castro subraya que la lumbalgia «supone un coste sociosanitario muy alto, ya que representa la principal causa de incapacidad laboral en personas menores de 50 años». Esto resalta no solo el impacto personal, sino también las implicaciones económicas y sociales de esta condición.
Algunos estudios sugieren que las mujeres, en particular, pueden tener una mayor prevalencia de dolor lumbar. Esto es especialmente notorio en etapas de la vida ligadas a cambios hormonales significativos, como el embarazo o la menopausia, que pueden influir en la estabilidad y salud de la espalda.
Claves para la prevención
Prevenir el dolor lumbar es posible a través de la adopción de hábitos saludables y conscientes. Las medidas más efectivas incluyen:
- Cuidar la postura: Prestar atención a cómo nos sentamos y cómo levantamos objetos pesados es fundamental. Mantener la espalda recta y utilizar las piernas para levantar el peso puede reducir la tensión en la zona lumbar.
- Mantener un peso adecuado: El sobrepeso y la obesidad ejercen una presión adicional sobre la columna vertebral, incrementando el riesgo de lumbalgia.
- Realizar ejercicios de fortalecimiento: Fortalecer la musculatura de la espalda y el abdomen (el «core») proporciona un soporte crucial para la columna vertebral, ayudando a estabilizarla y a prevenir lesiones. Actividades como el yoga, pilates o ejercicios específicos de fuerza son altamente recomendados.
Implementar estas medidas de forma regular puede marcar una gran diferencia en la calidad de vida, permitiendo reducir significativamente la probabilidad de sufrir dolor lumbar y sus complicaciones.