“Los que se pelean se aman”, nos decían una y otra vez cuando éramos chicas. Pero pensemos esto ahora, de adultas y en frío: ¿si te peleas entonces te amas? ¿cómo puede ser la pelea sinónimo de amor?
La cultura del amor romántico, la televisión, las películas, las canciones se refieren a un amor que todo lo puede y justifica, pero solo alimentan un ideal de amor posesivo cuyo costo puede ser muy alto: tu libertad.
En muchos casos, las personas que forman parte de vínculos tóxicos no son capaces de darse cuenta y piensan que está bien así. El miedo a estar solas, la necesidad de tener al lado un hombre que “nos cuide”, hace que muchas veces nos perjudiquemos.
Conozcamos el peligro de tener una relación tóxica y por qué si vives con sufrimiento tu pareja, no es amor.
1. El conflicto es moneda corriente. Seguramente estás acostumbrada a que las discusiones sean comunes en tu día a día, pero eso no debería ser “normal”. No existe una sola manera de tener una relación pero discutir todo el tiempo no es saludable en ningún vínculo.
2. Te controla y tiene todas tus claves. La intimidad es la intimidad y no se comparte. Si te pide tus claves porque “de eso se trata la confianza” o cualquier otra excusa, piénsalo. Todas tenemos derecho a tener nuestro mundo privado más allá de la pareja.
3. Te descalifica sutilmente en la intimidad y delante de los demás. Comienza con un chiste que destaca un rasgo negativo tuyo, luego se vuelve algo constante y cuando logras darte cuenta es algo que te perturba.
4. Es celoso en exceso. Si está controlando a dónde vas, a qué hora vuelves, con quién hablas, tal vez deberías prender una antena de alerta. Los vínculos se basan en la confianza como premisa básica. No solo los amorosos, las amistades y la familia también.
5. Te dice cómo debes vestir. ¿Alguna vez te dijo qué puedes y qué no? Si te hizo sentir mal sobre algo que llevabas puesto o se refiere a tu ropa como algo que no es apropiado para ti, entonces habla mal de él. Tú eres libre, puedes vestir como te guste y eso es suficiente.
6. Te hace sentir que sin él no podrás lograrlo. En su discurso se refiere a ti como si fueras quien eres gracias a él. Además, todo el tiempo te hace sentir que no podrás conseguir nada por ti misma sin él al lado. Minimizarte es su estrategia para tenerte controlada y que sientas la dependencia de estar con él. Tú puedes sola, siempre podrás lograrlo por ti misma.
7. Remarca fuertemente tus errores. En vez de tenderte una mano sientes que te hunde. ¿Sientes que es el primero que está ahí para hacer algún comentario cuando cometiste un error?
8. Decide por los dos aunque tú no lo sepas. Saca entradas para ir a lugares, decide planes con amigos sin consultarte, organiza tu agenda dando por sentado que podrás asistir. Tu tiempo es tuyo y debería primero consultarte básicamente si tienes ganas y luego, tiempo para hacerlo. Que nadie decida por ti.
9. Le tienes miedo. Este es el signo más claro de que el vínculo no está funcionando como debería. El miedo no puede ser común en una relación. El amor es un vínculo fuerte, que se construye y se trabaja en base a la confianza. El miedo habla de la desigualdad y del poder. Si hay miedo no hay amor.
Cuando uno está inmerso en una relación tóxica es difícil salir. Entendemos que una se siente comprometida, que el miedo se adueña fácilmente de una y que cuesta tomar la decisión de salir de una vez por todas de allí. Recuerda que no estás sola, que siempre habrá alguien dispuesto a brindarte su apoyo para que puedas recuperarte y estar mejor. Ten confianza en ti misma.